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PATXI ÁLVAREZ | Secretario de la Compañía de Jesús para la Justicia Social y la Ecología

"Acoger refugiados no es una cuestión de caridad, es una obligación moral"

"Estamos ante el mayor número de desplazados por causas ambientales desde la Segunda Guerra Mundial"

Patxi Álvarez, ayer, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

"La Tierra es un inmenso depósito de porquería". Esta aseveración del Papa Francisco removió conciencias acerca de las necesidades de proteger el medio ambiente. A través de su segunda encíclica, "Laudato Si", lanzó un mensaje al mundo evidenciando la necesidad de un cambio de mentalidad. Patxi Álvarez de los Mozos (Bilbao, 1967), secretario de la Compañía de Jesús para la Justicia Social y la Ecología desarrollará su contenido hoy, en el colegio de la Inmaculada de Gijón, a las 20.00 horas, y mañana, en el auditorio Príncipe Felipe, en Oviedo, a la misma hora.

-Hay 25 millones de personas desplazadas a causa de temas ambientales.

-Es una barbaridad, los mayores registros desde la Segunda Guerra Mundial. Además es una cifra que según aumente el deterioro climático aumentará proporcionalmente. No son sólo personas que se mueven, conlleva otras realidades, como tensiones internas graves en los países.

-Ya que saca el tema, hábleme de Siria.

-Dicen que en el norte de Siria, antes del inicio del conflicto, hubo unas fuertes sequías durante varios años que llevaron a desplazamientos de personas sobre Damasco, y luego una gran protesta que el Gobierno no respondió adecuadamente. No sólo Siria, también Afganistán, Irak o países de África. Lo medioambiental es un factor más a tener en cuenta dentro del malestar que puedan experimentar algunas poblaciones a la hora de manifestarse con violencia.

-¿Hasta llegar a la justicia apostamos por la caridad?

-Acoger a los refugiados no es cuestión de caridad. La mayoría de estados adquirieron un compromiso de proteger los derechos de las personas, por tanto tienen una obligación, tanto de derecho internacional como moral, porque casi todos los europeos tuvieron un gran número de refugiados con la Segunda Guerra Mundial. Incluso en España con la Guerra Civil.

-Eso se olvida rápido?

-Nos olvidamos y preferimos estar en nuestro rincón acogedor sin preocuparnos de los problemas que puedan estar pasando otros seres humanos y que son tan vulnerables como nosotros.

-¿Qué puede hacer uno?

-Utilizar la energía eléctrica, llevar cuidado con el agua, el reciclaje, la reutilización y la reducción del consumo. Practicar la sobriedad, sencillez y generosidad con los necesitados. Asturias es una región donde es muy fácil querer y apreciar la naturaleza. Es un lugar muy preparado para concienciarnos de la vida que tenemos alrededor.

-El problema parece inabarcable, ¿usted cómo lo hace?

-Estamos en un mundo donde muchas personas viven por debajo del umbral de la pobreza, la extrema pobreza, y con necesidades de alimentación, con problemas de la salud, sin acceso a agua potable... Parece mentira que suceda en este mundo con tantos avances. Nosotros empezamos a trabajar desde la amistad porque son personas que tienen capacidades, belleza y propuestas para sus propias vidas. Lo primero es acercarnos, conocerlos y tratar de ayudar en lo que se pueda.

-¿Cuáles son los pilares de la encíclica?

-La clave es que hay una única crisis socioambiental. La segunda idea tiene una percepción religiosa, pero avalada científicamente, sobre que todo está conectado. Somos una especie de familia universal y responsables unos de otros. Los seres humanos tenemos más conciencia y por tanto una mayor responsabilidad. Y luego una tercera, si todo está relacionado tendremos que abordarlo a través del diálogo. Diálogo internacional y nacional con políticas públicas en las ciudades, diálogo entre religión y ciencia y también entre las propias religiones. Los más afectados por el deterioro ambiental son los pobres y seguirán siéndolo.

-También el medio ambiente se ceba con los pobres?

-Están peor preparados. Experimentan ese daño cuando son los que menos han contribuido a ese deterioro y menos se han beneficiado del mismo. Los países europeos están mejor preparados para afrontar ciclogénesis o episodios de elevados vientos.

-¿Ha colaborado en la encíclica "Laudato Si"?

-Han colaborado muchas personas, pero es una obra del Papa Francisco. Lleva su firma de muchas maneras. Pero hasta ahí puedo responder.

-¿Es necesario cambiar la mentalidad?

-Los políticos tienen que tomar algunas decisiones, pero guardan relación con los estilos de vida y eso los llevamos adelante nosotros. Estilos de consumo, porque hoy día no es un producto que yo compro porque me va a beneficiar su uso, es una opción civil de estilo de vida. Una ciudadanía concienciada que debe tener un diálogo con los políticos. Tenemos un gran papel que jugar.

-La concienciación general pasa por la educación. ¿Desde su Compañía apuestan por esta instrucción en sus centros?

-No sólo la Compañía, todos los centros educativos lo están haciendo. Los niños son especialmente sensibles a esta problemática. Niños y jóvenes son más conscientes que las generaciones anteriores. Es un terreno en el que hay que ir sembrando hoy y recoger en pocas décadas. Cuanta más conciencia tengamos del valor de la naturaleza seremos más capaces de cuidarla. Si no la apreciamos, la estropearemos.

-¿Las energías renovables son el futuro?

-Necesitamos detener la utilización de combustibles fósiles porque deteriora el medio ambiente. Ojalá nos podamos alimentar sólo de energías renovables como eólicas, hidráulicas o solares. Es fundamental porque son absolutamente necesarias y serán las únicas que utilicemos. Hemos avanzado, pero deberíamos ir dando pasos adelante.

-¿Destruiremos la Tierra?

-La especie humana desde su presencia en la Tierra viene modificando el medio ambiente. Lo ha hecho siempre, desde la aparición de la agricultura hace diez mil años. Más radicalmente desde hace 200 años y muy particularmente desde los años 50. Hemos alterado los ciclos naturales y afectado a la vida de otros seres vivos sobre la tierra. Es un momento para hacer un alto en el camino y plantearnos qué mundo queremos dejar a nuestros hijos y nuestros nietos porque a ellos les afectarán las decisiones que hoy tomemos nosotros. Pensamos que nos encontramos ante la sexta mayor extinción de la vida en la Tierra en una historia de 3.800 millones de años.

-Siempre nos quedará viajar a Marte.

-No me imagino cómo podemos conseguir reproducir las condiciones de la Tierra en otro planeta. Tenemos que proteger la vida en este planeta que está lleno de vida y es nuestra casa común. Estamos a tiempo y el mensaje debe ser de esperanza.

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