En nuestro país son muchos los millones de personas que creen que estamos muy avanzados en desarrollo y bienestar. Están en un gran error.

Por ejemplo, en el caso de los afectados por el fármaco llamado Talidomida, lo mismo da que gobierne quien gobierne y que sea del color que sea; a estas personas que, como todos sabemos, presentan una minusvalía que en algunos casos es superior al 200 por ciento nadie hasta ahora ha tenido agallas para defenderlas contra el laboratorio que ha fabricado este medicamento tan asesino y conseguir para ellas las indemnizaciones que se les haya que dar para que así puedan llevar una vida y una vejez más holgadas económicamente.

Y ahora, para el colmo de los colmos, las asociaciones que llevaban judicialmente las reclamaciones del caso han recibido la noticia de que al laboratorio fabricante no se le cree culpable de la malformación de estas personas por haber tomado este medicamento, así que se pasa página, ya no hay indemnizaciones, y carpetazo que se crió, ya que se está hablando de un tema bastante delicado.

Sigamos criticando, voy a recordar a los que creen que somos los mejores. Les diré que no conozco ningún país del mundo, y he visitado algunos, menos estas repúblicas nuevas del Este, que no sé lo que habrá en ellas, en el que las personas que padecen ceguera o alguna minusvalía están en la calle vendiendo cupones para poder sobrevivir, pasando mil calamidades.

En los países desarrollados estas personas están recogidas en locales bien habilitados para ellas y recibiendo alguna formación al mismo tiempo que perciben unas ayudas económicas de sus respectivos gobiernos. Luego parece que se nos cae la baba creyendo que somos los mejores en todo, pero es porque nos lo han inculcado desde bien pequeñitos.