Un estudio de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) establece con "una evidencia suficiente" un vínculo entre el consumo excesivo de carne procesada y el riesgo de padecer cáncer colorrectal. La certeza es menor en el caso de la carne roja

¿Qué se entiende por carne procesada?

Según el informe de la IARC, "la que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación. La mayoría contiene carne de cerdo o de res, pero también pueden contener otras carnes rojas, aves, menudencias o subproductos cárnicos como la sangre".

¿Y por carne roja?

No sólo la ternera. A efectos de este estudio, es "toda la carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo, y cabra".

¿Por qué eligió la IARC evaluar la carne roja y la procesada?

Por los "estudios epidemiológicos que sugerían que los pequeños aumentos en el riesgo de varios tipos de cáncer podían estar asociados con un alto consumo" de estas variedades.

¿Debo dejar de comer carne?

El mismo estudio precisa que "se sabe que comer carne tiene beneficios para la salud", aunque los estudios que manejan aconsejen limitar el consumo de los dos grandes tipos de productos analizados.

¿Cuánta carne es mucha?

Según el texto, "el riesgo aumenta con la cantidad consumida". Como norma general, cada 50 gramos de carne procesada ingerida a diario aumenta el riesgo de sufrir cáncer colorrectal en un 18 por ciento.

¿Deberíamos ser vegetarianos?

Sostiene la IARC que las dietas vegetarianas, igual que las que admiten la carne, "tienen ventajas y desventajas para la salud". Según otros expertos, las dietas restrictivas suelen restar, en general, nutrientes básicos al organismo. La respuesta siempre es una dieta variada y un estilo de vida ajeno al alcohol, el tabaco y el sedentarismo.