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Sobresaliente en esfuerzo

Cuatro alumnas de Noreña, Lugones, Tapia y Pravia acaparan los premios educativos que reconocen la lucha por superar la ESO en circunstancias difíciles

Las suyas son cuatro trayectorias modélicas que se presentan como ejemplo para otros adolescentes de la región al haber sido capaces de superar la Secundaria en circunstancias personales difíciles en sus respectivos entornos familiares o socioculturales. Patricia Menéndez Menéndez, Elisanyeli Julietsi Romero Rojas, Nuria Méndez Feijoo y Alesandra Hernández Montoya, alumnas de los institutos de Noreña, Lugones, Tapia y Pravia, son las cuatro galardonadas en los premios al esfuerzo personal de Educación Secundaria Obligatoria en el curso 2014-15. Las cuatro chicas superaron su particular batalla personal contra la enfermedad, la adaptación a un nuevo sistema educativo o la integración en un nuevo entorno sociocultural, convirtiéndose en paradigma para otros estudiantes.

La venezolana Elisanyeli Romero Rojas afrontó con una madurez desconocida para su edad la ausencia de sus progenitores y el choque cultural de trasladarse a España siendo adolescente. "Llegué en diciembre de 2010, vine sola, me quedé aquí con mi tío, mi madrina y mis primos. Tenía unas circunstancias muy malas en mi país y mis padres decidieron mandarme a España", explica. Ella misma se fue a inscribir al instituto, con 13 años, y reconoce que incorporarse con el curso ya iniciado le costó bastante. "Tuve que esforzarme mucho, porque podía repetir y al final conseguí sacarlo todo", cuenta. Ahora ha decidido pasarse a la FP para dedicarse a lo que realmente le apasiona: el deporte. Enrolada hasta el año pasado en el Club Atlético de Lugones este curso estudia un ciclo de Actividades Físicas y Deportivas en Pola de Lena. "Repetí segundo de ESO, pasé a tercero con cuatro asignaturas y aprobé todo. Luego, en cuarto, me quedaron tres, no pude hacerlo en septiembre y tuve que repetir hasta que logré sacarlo todo", reconoce la joven. En el IES de Lugones destacan su esfuerzo por "haber superado todas las dificultades de un sistema curricular diferente. Y mantuvo la asistencia sin fallar un día", continúan sus tutores.

Patricia Menéndez, alumna del IES de Noreña, de 16 años, a quien una parálisis cerebral la obliga desde hace años a desplazarse en silla de ruedas, siente que el reconocimiento es también, en parte, de sus compañeros, que tanto la han ayudado, al igual que su auxiliar educadora, Pilar Pavón. "Son muy majos y me apoyan en lo que pueden", admite, tras superar las barreras físicas del centro noreñense hasta que se instaló un ascensor. Este año cursa primero de Bachillerato de Ciencias Naturales porque lo que en realidad le gustaría es ser psicóloga, "aunque de Medicina sé un rato", declaraba resuelta tras saber del reconocimiento.

De esfuerzo personal también sabe Alesandra Hernández Montoya, que acaba de iniciar estudios de Hostelería tras completar la Secundaria en Pravia. Sus profesores dicen que es un ejemplo de integración. "No podemos decir más que cosas buenas de ella, con su cara sonriente, nunca se quejó de nada", continúan. Hace dos años, participó en la campaña "Gitanos con estudios, gitanos con futuro". El suyo era uno de los 64 testimonios de toda España en los que jóvenes de etnia gitana expresaban sus sueños de futuro. Ni el fallecimiento de su madre ni la incorporación a un entorno sociocultural distinto del suyo fueron obstáculo para que superara con éxito la ESO.

La batalla personal de Nuria Méndez Feijoo fue contra la enfermedad. Tuvo que pasar un curso completo en el hospital tras detectarle un cáncer días antes de cumplir 15 años. Aquella experiencia le sirvió para valorar al grupo de compañeros de clase y profesores, así como a los responsables de las aulas del HUCA, "Gracias a ellos pude sacar el curso adelante", afirma agradecida. Ahora estudia primero de Bachillerato y dice sentirse "superorgullosa y muy contenta ya sólo por el hecho de que me hayan propuesto para el premio".

Hoy todavía recuerda con cariño cuando estaba en el hospital y sus compañeros se sacaron una foto para el recuerdo el último día de clase. Dejaron una silla vacía, para incluirla después a ella en la misma imagen. "Me tenían siempre muy presente", subraya Nuria. Su ejemplo de superación quedará fijado ahora en la memoria de muchos.

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