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Asturias se fartuca de carne

Los carniceros no aprecian una bajada de ventas, pero reconocen que el estudio de la OMS hace daño: "Los clientes preguntan si pueden sufrir cáncer"

La alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, ayer, comiendo una ración de callos. lucas blanco

"Miren este chuletón. ¿Cómo va a dar esto cáncer, me cago en diez?". Lo dice indignado un carnicero de Calahorra (La Rioja) conocido como "Pepe el Chuletón" y protagonista de un vídeo protesta contra el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El hombre, que aparece rodeado de hamburguesas, chorizos y jamones, defiende a capa y espada a sus colegas de profesión: "Nosotros no metemos porquerías en los productos que vendemos". Los carniceros asturianos aplauden las palabras de Pepe el Chuletón y consideran que el estudio que alerta sobre los riesgos cancerígenos de la carne procesada es "desmedido". Aunque aseguran que las ventas no han descendido, los charcuteros reconocen que el informe "hace daño". Sobre todo, cuando los clientes hacen preguntas como ésta: ¿Y me voy a morir?

-Pues mire, no. Se podrá morir por muchas otras cosas, pero no por comer carne. Mientras lo haga con sentido común, no hay problema. Eso seguro.

Así zanja la polémica Pachi Colunga, presidente del Gremio de Carniceros de Asturias, en su tienda de Oviedo. Este profesional afirma que los comentarios sobre el informe de la OMS, la mayoría de ellos con tono socarrón, no cesan desde principios de esta semana en los establecimientos comerciales. Aun así, cree que "no existe una preocupación real por el tema, ya que los asturianos siguen comprando carne". Prueba de ello, es que "hoy (por ayer) vendimos el mismo número de hamburguesas y cachopos que siempre", como señala Raúl Solís, de la carnicería Rodera, en Oviedo. La caja tampoco se resiente en Candás, Luanco y Avilés, donde José García tiene varios negocios. "Nada, no hemos notado nada", insiste. A juicio de García, el estudio "no aporta nada nuevo". "Que todo en exceso es malo, ya lo sabíamos. No hace falta hacer una tesis", agrega. El candasín anima a los asturianos a consumir carne "sin miedo, como se hacía hasta ahora". El secreto está en llevar una dieta equilibrada y no abusar de un producto en particular.

En este sentido, el presidente del gremio de carniceros de Asturias, Pachi Colunga, se queja de que la OMS meta en el mismo saco tanto a productores minoristas como mayoristas. "No es lo mismo emplear carne local que otra que venga de fuera, que por lo general se corresponde con animales viejos", opina. Eduardo Alonso, trabajador en El Cachopín del Tayu, pone la mirada en los locales de comida rápida, que venden cada día hamburguesas por un tubo. "Si seguimos a rajatabla lo que dicen, no podríamos ni entrar en estos establecimientos", sostiene por su parte Raúl Solís. Ni consumir pescado ni comer fabas ni hacer una ensalada con una rica lechuga de aquí... Por la contaminación. "¿Qué quieren, matanos de fame?", se pregunta Colunga. Él se niega. Igual que la alcaldesa de Noreña y el gran chef Ferran Adrià, ayer de visita en Gijón.

Pese a esta "sublevación" contra la OMS, los carniceros asturianos confían en que la pesadilla acabe pronto "por el bien de todos" y en concreto "por los ganaderos". "Ellos son lo que siempre pagan el pato", lamenta Pachi Colunga.

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