Pablo Alonso, distinguido como el mejor investigador novel por la Real Sociedad Española de Física (RSEF), ha sigo galardonado por LA NUEVA ESPAÑA con el "Asturiano del Mes" de septiembre por su apuesta por la región, a la que ha elegido para desarrollar su proyecto de investigación en la Universidad de Oviedo. El objetivo es crear dispositivos que puedan controlar de manera eléctrica la propagación de la luz en nanoescala mediante el grafeno. Puede ser un paso fundamental para los ordenadores del futuro. Según él mismo ha confesado, quiere situar a Asturias en lo más alto de la ciencia mundial en todo lo relacionado con ese material de futuro.

El joven y prestigioso científico asturiano nació en Grado hace 35 años. Durante los cinco últimos ha trabajado en el grupo de Nanoóptica del centro nanoGUNE de nanociencia de San Sebastián (País Vasco), y es asesor científico de un grupo de investigación en la Academia de Ciencia de China. Finalizó su licenciatura en Física en 2003, y después se doctoró con la máxima distinción, "cum laude". Su trabajo ya le ha valido varias publicaciones en las más prestigiosas revistas especializadas del mundo en el campo de la investigación.

La primera de ellas fue en "Nature" en 2012, al demostrar que es posible atrapar y manipular la luz utilizando el grafeno, un material de un átomo de espesor descubierto en 2004 por Andre Geim y Konstantin Novoselov, y que les valió el premio Nobel de Física en 2010. El siguiente paso del joven científico asturiano fue comprimir la luz y controlar su propagación en nanoescala. Las aplicaciones serían múltiples, pero quizás la más visible sería que en el futuro los ordenadores podrían funcionar mediante la luz en lugar de electrones. En este caso fue la revista "Science" la que se hizo eco del avance.

Pablo Alonso explica su trabajo con el aplomo que da el dominio del conocimiento y se esfuerza por hacer compresibles sus avances científicos y sus aplicaciones. Y de igual manera reclama un mayor apoyo en Asturias para la cantera de científicos e investigadores que se forman en el Principado y que se ven obligados a abandonar la región por falta de recursos.

"Asturias podría ser un gran polo de desarrollo y atracción si se decidiera a brindar recursos y atraer a todos los que como yo estamos desarrollándonos profesionalmente y con éxito en otras partes del mundo", afirmó en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA cuando logró el premio de la Sociedad Española de Física.

Pablo Alonso desembarca en la Universidad de Oviedo, consiguiendo así cumplir una de sus ambiciones. Lo hará en el grupo de Física en Estado Sólido de la Facultad de Ciencias. Tiene por delante tres años para desarrollar su propio proyecto y seguir avanzando hacia los ordenadores del futuro.

"Estoy muy ilusionado y con ganas de trabajar", aseguró nada más conocer que había conseguido el proyecto "Reto" para jóvenes investigadores. Es el primer paso para una de sus propuestas: que Asturias apueste por la I+D+i porque "hay capacidad y posibilidades para cambiar el modelo" económico y productivo de la región. Tan convencido está de las posibilidades de su región natal que se ha puesto manos a la obra para dar ejemplo.