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"Al verme apartado en la Convención, Areces y De Lorenzo me dijeron: 'Ven con nosotros'"

"Al verme apartado en la Convención, Areces y De Lorenzo me dijeron: 'Ven con nosotros'"

Biomedicina y biotecnología. "En el Parlamento me designaron miembro del Consejo de Europa (una institución dedicada a la armonización legislativa de los países con respecto a los derechos humanos), y la primera propuesta que hice fue la que dio lugar al cabo de los años a la Convención de Asturias de Bioética, un instrumento jurídico de carácter internacional sobre biomedicina y biotecnología humana. Yo estaba muy interesado en la Bioética y trabajaba en esa dirección junto a Francesc Abel Fabre, jesuita y ginecólogo catalán que murió el año pasado. Otro jesuita con el que tuve trato y algunas discrepancias fue Javier Gafo, de la Universidad de Comillas. En el Consejo de Europa fui nombrado presidente de la Comisión de Bioética, que se creó entonces, y presenté varias iniciativas, por ejemplo, sobre el sida. En el Congreso también presenté la primera pregunta sobre esta materia, en 1985, cuando sólo había tres casos en España. Al año siguiente ya había más de 30 casos, y así hasta que nuestro país tuvo la cifra más alta de Europa en infectados. Por fin se aprobó el plan antisida, con una dotación presupuestaria de 700 millones".

Hogar para la Convención. "La Convención de Asturias de Bioética se celebró en Oviedo y Gijón en 1997. De modo insólito, me apartaron de los actos. En uno de los debates me pusieron en la tercera o cuarta fila y Tini Areces y luego Gabino de Lorenzo, que estaba peleado con el presidente Sergio Marqués, y que estaban en la segunda fila me dijeron: 'Vente a nuestro lado'. Hubo otros desplantes por parte del Principado, pero hablo de ello sin odio ni rencor. Una vez celebrada la Convención, vi que hacía falta que tuviera un hogar, y precisamente en Asturias. El alcalde Tini Areces me dijo que lo apoyaba y así nació la Sociedad Internacional de Bioética, la SIBI.

Jubilado, pero no quieto. "En 1996, al terminar mi etapa política, había vuelto a la casa del Mar y me jubilé en el año 2000. Haciendo recuento, había hecho unas 7.500 intervenciones quirúrgicas y visto unos 40.000 pacientes a lo largo de mi vida. En el presente soy un jubilado, pero no quieto. Tras algún desencuentro ya superado con el Ayuntamiento de Gijón, hemos recuperado el ritmo normal de trabajo en la SIBI y su comité científico sigue reuniendo a las personas más prestigiosa en materia científica, ética y legal, que son las tres patas sobre las que descansa la Bioética. Nuestro proyecto más actual es el de ofrecer a los centros educativos un programa pedagógico en Bioética y traer especialistas a la SIBI a los que los alumnos les puedan formular preguntas. También seguimos con la tarea de proporcionar informes y estudios a diversas instituciones, como la Unesco. Hoy en día hay cuestiones vitales como el genoma humano, sus partes y las patentes biológicas sobre ellas a partir de donaciones de personas, que es un tema en el que hay que afinar mucho".

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