"Hay que tener comportamientos legales siempre, pero también comportamientos éticos, siempre", recalcó ayer la presidenta regional del PP, Mercedes Fernández, sobre los viajes pagados por Aquagest -con partidas para "putiferios"- de los que se habrían beneficiado el exalcalde de Oviedo Agustín Iglesias Caunedo y otros políticos, como el exedil gijonés Manuel Pecharromán. Con gesto adusto y contundente, la presidenta popular justificó su comparecencia "ante la falta de explicaciones públicas de otros", en clara referencia a Caunedo, y confesó que no era "plato de gusto". Fernández anunció que el exalcalde dará hoy mismo una rueda de prensa para aclarar y, más importante, documentar -según remarcó- su alegación de que pagó de su bolsillo los viajes con su amigo Joaquín Fernández, el "conseguidor" de Aquagest. Al tema se refirió incluso, en Madrid, el vicesecretario de comunicación del PP, Pablo Casado, quien indicó que sería "bochornoso si se demuestran" los presuntos pagos. "Imagino que Mercedes está pidiendo las explicaciones oportunas", añadió.

Si esas explicaciones no son contundentes habrá consecuencias. Lo dejó claro la presidenta: "Que nadie tenga ninguna duda. Si estuviésemos ante explicaciones inadecuadas, poco documentadas o insuficientes, no me temblaría el pulso, porque nunca me tembló, y se tomarán las decisiones que aconseje el sentido común y el buen nombre de este partido", advirtió.

La posible dimisión de Caunedo planeó durante toda la comparecencia. Fernández no quiso darla aún por segura. "Si pido explicaciones, habrá que esperar a que se den y se documenten y se presente el aval de las mismas. No puedo hablar por comportamientos que desconozco. No me ocupo de la vida de los demás", añadió. Sin embargo, esos "comportamientos" han hecho mella. "A mí no me gustan los comentarios, las reproducciones y las expresiones que han aparecido, y a buena parte de la militancia no sólo no le gustan, sino que le causan desánimo. No puedo tolerar comportamientos que, pudiendo ser legales, no son de la ética exigible", avisó.

Respecto al otro frente abierto por las revelaciones de LA NUEVA ESPAÑA, la dimisión del presidente del PP de Avilés, Joaquín Aréstegui, Fernández negó cualquier componenda. "No he pactado ni convenido ninguna sucesión", aseguró. El proceso, añadió, está reglado y serán los militantes quienes decidan. "Vamos a ver cómo se desarrollan los acontecimientos", dijo. La presidenta añadió que este terremoto "casi" no ha trastocado la elaboración de las listas para las elecciones.

Mercedes Fernández también reveló que la juez del "caso Pokémon", la gijonesa Pilar de Lara, requirió al PP asturiano información sobre contratos con la empresa de Joaquín Fernández, Ingenium Consultoría. "De forma sucesiva hemos respondido a todos los requerimientos, y la respuesta fue que no habíamos suscrito contrato alguno con esta ingeniería", indicó. Ni la dirección regional ni las agrupaciones.

El contrato que andaba buscando Joaquín Fernández para un servicio de "NewsLetter" -un resumen interno de prensa que el "conseguidor" quería obtener como compensación por su salida del consejo de la TPA- no se suscribió. Y en cuanto al de la página web de la que fuera candidata Isabel Pérez-Espinosa, suscrito con Asac -y que tanto interesó a la juez De Lara-, Fernández aseguró que, cuando llegó a la presidencia y vio la factura, le pareció "exorbitante" (pedían 25.000 euros), por lo que decidió pleitear. "Éste es el proceder en esta casa, con pulcritud", dijo. Según la presidenta, al llegar instauró un nuevo sistema por el que "nadie puede asumir un gasto sin autorización, ni recuperar un gasto sin una factura legal y, cuando la naturaleza contractual lo permite, se piden tres ofertas y se escoge la más barata".

Apoyo presencial de los diputados y vicesecretarios

La dirección del partido, con todos su vicesecretarios, y los diputados regionales acudieron en pleno a la comparecencia de la presidenta popular celebrada ayer por la mañana en la sede regional, como muestra la foto. Con ello se pretendía dar una imagen de absoluta unidad del partido respecto a las decisiones que deban tomarse en las próximas horas. El escándalo de los "putiferios" ha amargado el puente a los populares.