Parece ser que las autoridades eclesiásticas están muy enfadadas porque en el programa del PSOE se diga que se quiere ir a un Estado laico en España (que por cierto ya era hora que se haga). El ultimo en manifestarse con palabras muy duras ha sido el nuevo arzobispo de Burgos, que antes de tomar posesión de su cargo, ha dicho: "Es tan grande la ignorancia de quienes se permiten hacer propuestas y afirmaciones, sobre sacar la Religión del horario escolar". A su juicio, existe "un gran desconocimiento" sobre el significado de esta materia que, según ha recordado, es importante desde el punto de vista antropológico.

Dice el arzobispo que la Religión es muy importante en los colegios y centros educativos, tanto o más que otra asignatura, como por ejemplo las Matemáticas, y eso es totalmente falso, las religiones y sus creencias son más bien cuestión de fe de las personas a título personal de cada uno, lo contrario es querer engañar. Y tratar de ignorantes a los que no pensamos como ustedes es toda una falacia por su parte, les recordaré a ustedes señores de la Iglesia católica que cuando gobernaron los socialistas quedó clara la cuestión de las asignaturas de Religión y Educación para la Ciudadanía, pero llegaron sus amigos del PP, que esos sí que son ignorantes (me refiero a los políticos, que dicen que es anticonstitucional) y cambiaron las mismas, suprimieron la de Educación para la Ciudadanía (que ésa sí que era importante para todos los alumnos) y les regalaron a la Iglesia católica, o sea a ustedes, una asignatura de Religión obligatoria y evaluable.

A este nuevo arzobispo de Burgos se le ocurren los mismos argumentos que a los no-nuevos. "Antropológicamente" la espiritualidad es, sin duda, una faceta fundamental de la evolución humana. Pero el concepto de espiritualidad en el siglo XXI no está bien representado por ninguna religión. Limitándonos a la Iglesia católica, es evidente que desde hace veinte siglos ha acumulado más crímenes contra la humanidad que cualquier Estado "totalitario". El dogmatismo infundido desde la infancia es la barrera más importante a franquear para desarrollar una auténtica espiritualidad universal. Nada más opuesto a la tolerancia y la solidaridad humanas que las aberraciones que estos señores proponen como creencias redentoras.

Lo anticonstitucional son los privilegios de la Iglesia católica, para empezar. Las creencias religiosas son creencias personales y nadie tiene derecho a dirigirlas ni a metérselas con embudo a los críos. La religión, cada uno la suya, en su casa o en la iglesia y pagada de su bolsillo. Igual que se lleva a los críos a clases de judo o de solfeo al salir de clase, que se lleve a los críos a clases de Religión, pero fuera de la escuela, que la Iglesia tiene suficientes locales para ello (casi todos apropiados ilegalmente). El artículo 16 de la Constitución garantiza que cada ciudadano pueda practicar la confesión que más le guste, pero ello no significa que el Estado tenga que promoverlas (igual que el Estado garantiza nuestra seguridad y no por ello nos coloca un chaleco antibalas a cada uno). Si yo fundo la Iglesia del Ratoncito Pérez (creencia personal), ¿el Estado tiene que levantarme iglesias y pagarme profesores que impartan mi recién creada fe? Los obispos dudan de todo lo que no ordenen ellos y la derecha fascista, como siempre han hecho. Ni caso.

Un Estado auténticamente laico es el que garantiza, como debe ser, la libertad religiosa. Lo que en España en este momento con los privilegios que disfruta la Iglesia no ocurre, lo cual para los beneficiados obispos es una libertad y un poder, a costa de los impuestos de todos, que no quieren perder, pero es injusto. El que quiera Iglesia, u otras religiones, que se la pague.

Por otro lado, señores obispos de la Iglesia católica, la Religión no es igual que las Matemáticas u otra asignatura, porque en Matemáticas 1+1+1=3 y en Religión 1+1+1=1, luego no son comparables. Y si no me creen díganselo al presidente del Gobierno, Sr, Rajoy, que dice: "Un vaso es un vaso y un plato es un plato". ¿Y en Europa?