Los buenos profesores no pueden cobrar lo mismo que los malos. Eso es lo que propone el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, encargado de elaborar para el Ministerio de Educación el "Libro blanco de la función docente". Marina defiende que una parte de la retribución de los maestros debería depender de la evaluación que los inspectores hagan del centro. Los docentes asturianos se oponen a la medida, ya que aseguran que la variación salarial se hará en base a los resultados académicos. Y eso, señalan, es "contraproducente".
"¿Cómo van a medir que un colegio es mejor que otro? ¿Por la notas? Osea que si los alumnos suspenden es porque el profesor es malo", critica Gumersindo Rodríguez, presidente de ANPE Asturias y profesor de Educación Física del IES Doctor Fleming de Oviedo. "Es todo una falacia, porque si quieren resultados académicos, lo tenemos fácil: tiramos por la calle de en medio y ponemos notables y sobresalientes a todos", agrega. Rodríguez sostiene que hay otras formas de valorar el potencial de un profesor. "Puede darse el caso de que el entorno en el que viven los alumnos es complejo, entonces, el éxito no está en conseguir que saquen nueves o dieces, sino en que sigan escolarizados".
Emma Rodríguez, secretaria del sindicato unitario y autónomo de trabajadores de la enseñanza (Suatea) está también en contra del modelo de condicionar los sueldos a los resultados académicos. "Sólo sirve para privatizar la enseñanza y jerarquizar los colegios, porque unos van a tener más beneficios que otros", se queja Rodríguez, quien asegura que examinar lo que pasa dentro de una clase es mucho más complejo de lo que parece. "En las relaciones personales entre profesores y niños influyen múltiples factores, que no se pueden medir", comenta.
Docentes a examen
Asturias es la única región española que examina a los maestros. Desde el 2012, el Principado dispone de un Plan de Evaluación de la función docente, que todavía hoy divide a los sindicatos. De hecho, el documento sólo es apoyado por los sindicatos ANPE y UGT. El resto argumenta que los requisitos del cuestionario son demasiado débiles. Prueba de ello es que el cien por cien de los profesionales suscritos al plan -unos 8.000- lo superan sin problemas. Es un aprobado seguro, que supone recibir un plus salarial de 132 euros en Primaria a 206 en Secundaria. La valoración la hace el director o en su defecto el jefe de estudios en forma de cuestionario. En ese documento se incluyen un total de quince ítems fácilmente superables. Algunos de ellos son los siguientes: si el profesional manifiesta voluntariedad a las necesidades que plantea el equipo directivo, si utiliza las nuevas tecnologías, si participa en el desarrollo de actividades extraescolares o si colabora con padres de alumnos.
Suatea rechaza este modelo, ya que cree que genera desigualdades económicas y convierte la enseñanza "en un proceso individual en vez de colectivo". Además, se queja de que los interinos queden fuera del plan al admitir sólo a aquellos profesores con plaza fija que lleven más de cinco años dando clases.
