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Una única charla con Mercedes Fernández en medio del "chaparrón"

Desde ese momento, la actividad telefónica y vía Whatsapp fue "frenética".

El viernes lanzó un comunicado a la prensa. Y el domingo, con la aparición de las fotografías, otro. Ambos fueron más o menos parecidos. Entre medias, "desconcierto" según algunos concejales, "tranquilidad absoluta", según otros. Porque desde el viernes hubo ediles populares que ocultaron su inquietud bajo una sonrisa nerviosa y los hubo que con un gesto de resignación lo dijeron todo.

"El chaparrón", como lo calificaron algunos, se volvió especialmente intenso el lunes a partir del medio día, tras las declaraciones de Mercedes Fernández, presidenta popular, que sentaron más mal que bien. La comparecencia de ayer de Caunedo no es fruto de las declaraciones de Fernández, sino que estaba pensada desde el domingo, un día antes. De hecho, contó Caunedo que se lo transmitió a la presidenta ya el domingo, en su "única conversación" entre ambos, dijo, desde el viernes.

La declaración que leyó ayer se terminó de matizar el lunes por la noche. Sólo la conocían sus colaboradores más cercanos y algún que otro concejal. Hubo whatsapps y llamadas a última hora en busca de balones de oxígeno que aliviaran un poco la comparecencia, que finalmente llegaron desde Avilés con la declaración de alguien del "entorno" de Joaquín Fernández. El presunto conseguidor avaló la tesis de su amigo Caunedo, versión que también usó el líder popular para defenderse en su comparecencia leída.

Al filo del medio día, después de que "pasara todo", las caras de los concejales populares transmitían más relajación. La sensación era de que el primer "match ball" se había superado y ninguno quería oír hablar ni de dimisiones, ni de decisiones drásticas ni de nada por el estilo. Saben que los partidos de la corporación tienen munición y que hay mucho sumario del que tirar, pero saben también, o eso creen, que el sumario "es igual para todos". Así que, como dijo uno de ellos, "hay que seguir". Quizá entiendan que la clave puede ser esa: seguir.

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