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Asturama

Bañistas en las playas y más calor en Asturias que en Andalucía en el veranillo de San Martín: 25 grados

La región compite con Andalucía en calor y deja estampas más propias del verano que del otoño, con bañistas en la playa y turistas paseando en pantalones cortos

Dos mujeres saliendo del agua en la playa de San Lorenzo. MARCOS LEÓN

María Fernández vende castañas en uno de los céntricos puestos del parque San Francisco. Ayer los ovetenses que se acercaban a su mostrador, no querían llevarse a la boca el típico fruto del otoño. Querían refrescar el cuerpo comiendo con un buen helado.

-Lo siento, pero la temporada veraniega ya acabó. Ahora sólo hay castañas.

Fernández se pasó el día repitiendo esta frase. Pero es que las altas temperaturas de la región -superiores a las registradas en Madrid, Málaga, Cáceres o León, con 23 grados- invitaban más a tomarse un granizado en la terraza de un bar que a pedir un café con leche. "Con este calor, los clientes quieren estar fuera, no dentro", asegura Ricardo Suárez, camarero en un restaurante de Gascona. Su establecimiento vendió ayer botellas de sidra a asgaya, lo que hace pensar que éste será un buen fin de semana para los hosteleros. Sabino Pérez, encargado de otra sidrería ovetense, confía en que el "bochornazo" anime a los turistas, sobre todo a los madrileños (por el puente de La Almudena), a visitar el Principado.

Algunos de esos turistas ya estuvieron ayer de paseo por Gijón. Los hubo atrevidos, luciendo pantalón corto e incluso bañador por la playa de San Lorenzo. Pero en cuestión de calor ganan los de la tierrina que hasta tuvieron el valor de meterse en el agua. Tampoco se quedaron atrás los perros, que disfrutaron de un baño de verano en pleno mes de noviembre. La estampa que dejó la ciudad gijonesa, con biquinis y chanclas sobre la arena, fue del todo inusual. Hasta los surfistas dejaron en casa el traje de neopreno.

En Avilés, el calor también fue demoledor. La villa recuperó una imagen característica de los pasados meses, con las terrazas de los bares y cafeterías a rebosar y los ciudadanos vistiendo ropas ligeras o con las chaquetas y cazadoras en la mano. Espacios de ocio como el céntrico parque de Ferrera o el paseo de la ría se llenaron de viandantes que disfrutaron del llamado "veranillo" de San Martín. "Hace un calor exagerado, nos sobra toda la ropa", apuntaba Paquita Barranco en las inmediaciones del Centro Niemeyer y a punto de concluir la caminata que realiza todos los días. "Después me sentaré al sol veinte minutos, tal y como recomiendan los médicos para evitar problemas de osteoporosis", añadía esta vecina de la calle Cabruñana, jovial, alegre y en plena forma física. En sus gafas de sol se reflejaba un sublime "Lorenzo".

De caminata también estuvieron muchos vecinos en Oviedo. Fue el caso de Loredana Pehse Perkinschi y su hija de diez años Ayana Males, las dos naturales de Rumanía, pero residentes en la capital de Asturias desde hace siete años. "Aunque no sea muy normal que en estas fechas haga tanto calor, yo estoy encantada", dice Loredana sentada junto a su pequeña en un banco del parque San Francisco. "Lo que apetece hoy es un helado para refrescar", apunta Ayana. La culpa de ese deseo lo tiene un "anticiclón de bloqueo", que como explica el delegado de Aemet en el Principado Manuel Mora, impide que las borrascas entren en la región. Es además un anticiclón "potente", que favorece la subida de los termómetros y espanta al orbayo.

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