El gijonés Jorge González Castro, de 34 años, que trabaja como ingeniero en General Electric Wind Energy, en Berlín, en el departamento que diseña los algoritmos de control de los aerogeneradores, para optimizar la captura de energía del viento sin que las fuerzas que actúan sobre ellos acaben destruyéndolos, pronosticó un futuro halagüeño para la energía eólica, al considerar que puede competir sin subvenciones con el gas natural y con el carbón, siempre que los aerogeneradores se emplacen en lugares "con un viento adecuado", mejor cuanto más constante sea el viento y sople en la misma dirección. "No todas las localizaciones son aptas" , apuntó durante una conferencia que ofreció en la Escuela Politécnica de Ingeniería de la que egresó en 2006.

González Castro ofreció explicaciones técnicas sobre el diseño y control de aerogeneradores, además de datos como que los emplazamientos con lo que se considera mucho viento son en los que éste alcanza los 10 metros por segundo, cuando en un campo de molinos "normal" suele ser de unos 7. La velocidad no es el único parámetro para determinar si una ubicación va a ser rentable o no. Si son vientos muy turbulentos, puede afectar a la seguridad del aerogenerador, con lo cual la ubicación puede no ser apropiada. La altura sobre el nivel del mar es otro factor. Cuanto más alto, menos denso el aire y por lo tanto los vientos ejercen menos fuerza en las palas.

Sobre los tamaños, la tendencia es a hacer molinos más grandes, dado que generan mayor potencia y por lo tanto pueden ser más rentables, pero tampoco hay que descartar los aerogeneradores más pequeños, que pueden instalarse en lugares de fuerte viento, que no podrían resistir los molinos mayores.

Otra de las posibilidades por las que pasa la rentabilidad de la energía eólica son las investigaciones para el almacenamiento de la electricidad durante unos minutos para "ayudar a estabilizar la red (eléctrica), con lo que se cobrarían primas de los operadores de la red", indicó.

En cuanto a la energía eólica marina, que requiere instalaciones más costosas pero tiene la ventaja de aprovechar los vientos constantes que hay en el mar, González Castro considera que "probablemente sea el futuro, pero a día de hoy todavía no es rentable" tanto por la elevada inversión que requiere, como por los problemas para evacuar a tierra la energía producida.