El 1 de febrero de 2014, la iniciativa conocida como "El tren de la libertad" teñía de violeta Madrid para mostrar la repulsa de los cerca de 30.000 manifestantes que se reunieron en la capital contra la ley del aborto del gobierno del Partido Popular. Aquella "marea violeta" volvió a tomar ayer las calles de Madrid, esta vez con motivo de la primera gran manifestación estatal contra todas las formas de violencia sobre la mujer. Cerca de 400 organizaciones feministas territoriales y 70 estatales, a las que se sumaron representantes de los principales partidos políticos, sindicatos y oenegés de todo el país tomaron parte en la multitudinaria convocatoria, con una representación asturiana de unas 2.000 personas, según las organizadores de la delegación autonómica en Madrid.

Hasta 27 autobuses fletados desde el Principado partieron de madrugada, desde Oviedo, Gijón, Avilés y otros municipios asturianos, garantizando una representación de la práctica totalidad del territorio asturiano con el único objetivo de visibilizar la lucha "escontra les violencies machistes", como rezaba el cartel que acompañaba al cortejo de mujeres del Principado.

El Paseo del Prado, donde se inició la marcha, frente al Ministerio de Sanidad, comenzó a llenarse desde primeras horas de la mañana. Justo antes de la salida, a las doce de la mañana, se había desplegado una performance titulada "Women in Black", que sirvió para denunciar "los devastadores efectos de las violencias machistas sobre las mujeres y la invisibilidad de sus víctimas" leyendo cada uno de sus nombres. Ya en la plaza de Cibeles la asociación "Generando Arte" recogió flores y lazos negros de los asistentes para rodear la estatua de la diosa. En la cabecera de la manifestación, una pancarta con el lema "contra las violencias machistas" en las cuatro lenguas oficiales y sostenida por supervivientes de la violencia de género cubiertas con máscaras, sirvió para reclamar la necesidad de una mayor conciencia contra esta lacra social que solo en 2015 ya se ha cobrado 41 víctimas, todas ellas mujeres, a manos de sus parejas o exparejas, según las estadísticas del Ministerio de Sanidad; y desde 2003, son ya más de 800. Además, como se recordó durante el recorrido por las calles de la capital, los juzgados reciben cada día 266 denuncias de violencia de género. "Cada vez hay más gente concienciada con este problema porque, aparte de terminar con la vida de muchas mujeres se presenta como una constante en la vida de muchas otras, que les va minando en su día a día", subrayó una de las integrantes de la Plataforma Feminista de Asturias. El gobierno autonómico estuvo representado por la directora del Instituto de la Mujer, Almudena Cueto. Como ella, también recorrieron las calles de Madrid representantes de diferentes asociaciones autonómicas y nacionales, como Ana María Pérez del Campo (Separadas y Divorciadas), quien denunció que no se puede consentir un país en el que sigan matando y maltratando mujeres. Las integrantes del movimiento feminista y bloques estudiantiles se mezclaron de ciudadanos particulares y representantes de la sociedad civil y los partidos políticos: Pedro Sánchez (PSOE), Alberto Garzón (IU), Pablo Iglesias (Podemos), Begoña Villacís (Ciudadanos), Adriana Levy (PP), y Andrés Herzog (UPyD), entre otros.