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Teleobjetivos por escopetas

Cada vez más cazadores se interesan por el turismo de observación de fauna, un sector cuya demanda sube como la espuma, con el oso y el lobo como estrellas indiscutibles

Teleobjetivos por escopetas

Tiros por disparos. Cambiar la escopeta por la cámara. O, más exactamente, alternar la mira de la una con el visor de la otra. Esta es la última tendencia que se abre paso en España en el turismo de observación de fauna, con una cartera de millón y medio de clientes potenciales. El "gancho" que está moviendo ese cambio son los "hides" o escondites para ver los animales de cerca. Por ahí va el futuro de un sector en auge, según Luis Frechilla (Oviedo, 1973), consultor ecoturístico (dirige la consultora Daboecia) y socio fundador de la empresa Wildwatching Spain (con sede física en Oviedo y dirección virtual en León), que en cinco años se ha convertido en referente nacional del turismo dirigido al avistamiento de la fauna salvaje.

Frechilla efectúa su predicción basándose en su conocimiento directo del mercado, principalmente a partir del "hide" que Wildwatching Spain gestiona en la laguna del Taray, en Toledo, y acudiendo a lo expuesto en un reciente encuentro celebrado en Sevilla sobre el desarrollo ecoturístico de las fincas cinegéticas. "En la laguna del Taray se organizan cacerías de patos a las que los propietarios invitan a empresarios, pero si antes cazaban cien patos en un día, ahora no pasan de diez. Las cacerías no dan la talla. Gracias a eso, los cazadores se han introducido en el tema de las fotos, y les hemos invitado a probar los 'hides'. Oyen venir a las gangas a beber y se les ponen los pelos de punta. Y hacen fotos y salen de allí emocionados. Es sorprendente la afición que cogen a las fotos. Y cada vez va a haber más empresarios cinegéticos que demanden los 'hides'".

El sentido del encuentro de Sevilla auspiciado por el Gobierno andaluz era, precisamente, captar esa demanda para conducirla y gestionarla. "La Junta de Andalucía está decidida a potenciar la observación de fauna en las fincas cinegéticas. Es un cambio que se está gestando hace años y Andalucía quiere ponerse a la cabeza de este turismo. Asturias no puede quedarse a esperar, debería dar un paso al frente y establecer una regulación puntera", manifiesta Luis Frechilla.

Ver sin ser visto. El "hide" es, según Frechilla, el recurso clave para el turismo de observación de fauna por la cercanía que proporciona a los animales sin alterar su conducta. Ofrece experiencias intensas, memorables, que crean afición, sostiene. "Empezamos con los 'hides' hace cuatro años, en Crémenes (montaña leonesa). Costó arrancar, pero ahora atraen mucho público. Además, el 'hide' está conectado con un apartamento rural de la zona que, gracias a esta instalación, factura cuatro o cinco mil euros en invierno. Es una opción de desarrollo para el mundo rural. Los 'hides' no los veo tanto para gente que quiere fotografiar una especie concreta como para quien está interesado simplemente en hacer fotos o en disfrutar de la observación", precisa Frechilla. "A Crémenes cada vez viene más gente que mezcla fotografía y observación, y a partir de esa experiencia demanda excursiones".

A juicio de este empresario y consultor ecoturístico, "es importante popularizar los 'hides' para observación, para ver los pájaros con prismáticos, a corta distancia. Ese acercamiento te hace disfrutarlos y te anima a observarlos luego de otro modo. En Crémenes animamos a que los padres entren al 'hide' con sus hijos, o a que lo hagan los acompañantes menos interesados en la fauna, y todos salen encantados". Aunque no todo son ventajas. "Lo que hay con los 'hides' es una barrera de precio, y eso que los hemos abaratado mucho desde que empezamos, al ir aumentando la demanda. Si llegásemos a que un 'hide' costase veinte euros atraería un público muy amplio".

Asturias, un filón. A jucio de Frechilla, Asturias tiene buenas posibilidades para el turismo de observación de fauna, pero previamente debe resolver dos problemas: el marketing, es decir la creación de un producto atractivo acompañada de una estrategia adecuada para venderlo, y la burocracia, el mar de papeleo y trabas administrativas que dificultan el trabajo de las empresas. "Asturias debe vender sus recursos. Su producto principal es el oso, pero posee un territorio bien conservado, tanto bosques como costas, y hay muchas cosas que ver en muchos sitios. Hay que vender cosas como la invernada de aves acuáticas en la ría del Eo, sin necesidad de recurrir a nada extraordinario, o que quien venga a Muniellos tenga en su entorno un 'hide' donde poder disfrutar de cerca de las aves que en la visita a Muniellos sólo va a oír", explica. "Está muy arraigada la idea de que nuestro recurso es el paisaje, con una naturaleza interesante asociada. Se lleva tiempo vendiendo eso y la gente lo demanda. El recurso inicial que mueve a la gente es el oso. En el extranjero se sorprenden de que en Asturias haya osos. Para un inglés, venir aquí a ver osos es casi un viaje de fin de semana. El lobo todavía mueve más gente, y no hay otro sitio en el mundo que ofrezca la garantía que tienes en Riaño de verlo en un viaje de tres días. Es uno de los productos estrella. Las agencias van entrando todas a esos viajes; ya tenemos acuerdos con diez o doce agencias extranjeras que traen gente a ver osos y lobos".

Crear oferta. El oso atrae turistas y el paisaje los engancha. Pero hay que ir más allá. "Aquí nos falta crear productos como los 'hides' de observación o de fotografía de fauna. "Hace tiempo que en Villaviciosa se quiere potenciar el turismo ornitológico, pero nadie sabe cómo hacerlo. Necesitamos crear un producto, un 'hide' de fotografía o de observación. Pero tenemos un obstáculo de partida: hay mucha gente a la que coordinar y todos ven problemas en ello. Sin embargo, sería una actividad con un impacto mínimo y resultaría vital para poder vender el destino y atraer público generalista, o para interesar a los extranjeros que vienen a ver osos y si les ofreces la posibilidad de observar correlimos a tres metros, les va a gustar".

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