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Asturama | Los rostros de la noticia

Una mina de energía bajo el subsuelo

La ingeniera Clara Andrés ve factible extender el aprovechamiento del agua de minas abandonadas de la cuenca central asturiana para climatización de edificios

La joven Clara Andrés, durante la lectura de su tesis doctoral en la Escuela de Minas. MIKI LÓPEZ

La Cuenca Carbonífera Central Asturiana, con explotaciones mineras desde hace más de 200 años, es una de las zonas mineras más importantes de España, habiendo llegado en los años 90 del pasado siglo a contribuir con el 70% del total de la producción de carbón del país. Con una extensión aproximada de 1.400 kilómetros cuadrados, una de sus características más singulares es la formación de un embalse minero subterráneo. Con este recurso "prácticamente inexplorado", la joven ingeniera Clara Andrés preparó una tesis doctoral sobre el aprovechamiento de los recursos hidrogeológicos. Su intención es ofrecer una solución a los antiguos pozos mineros inundados. El estudio de esta joven ingeniera de Minas realizado a lo largo de los últimos cinco años revela que el embalse de Barredo existen opciones para que en el futuro "continúe siendo viable el aprovechamiento" de esas aguas subterráneas para su transformación en energía geotérmica de uso posterior para la climatización de edificios. Según la investigadora asturiana existen "más embalses aprovechables" en la cuenca central asturiana, pues cualquier pozo minero abandonado podría ser utilizado para los mismos fines "pero hay que hacer estudios de temperaturas", aprecia Clara Andrés.

"En otros países cada vez se tiende más a utilizar el agua de mina para estas cosas. Muchas de ellas están cerrando, las tienes ahí, se inundan y hay que mantenerlas. Es una forma de darles salida", continúa la joven. En Inglaterra ya suman varios años de experiencia en este ámbito. El embalse de Barredo, al que se refiere su tesis doctoral, se encuentra ubicado en la zona centro-meridional del Principado de Asturias y cuenta con 5,8 hectómetros cúbicos (cerca de 6.000 millones de litros) de agua. "No hay peligro de agotamiento", subraya. "Para uso como agua corriente sí hay que tratarla pero para su uso como calefacción no es necesario", agrega. Ese agua, a una temperatura de 20 grados centígrados, podría emplearse como recurso energético, a través del aprovechamiento de la energía geotérmica. "Por los resultados obtenidos, vemos que es viable", apunta esta joven ingeniera de minas. A su juicio, la principal ventaja de este embalse es que el pueblo de Barredo, en Mieres, está al lado de donde se bombea el líquido. "Tienes a la población a la que vas a dar el servicio de calefacción y aire acondicionado muy cerca", argumenta Clara Andrés. De hecho, hay edificios públicos donde ya se está apostando por ello, continúa. La Universidad de Oviedo y, la Administración regional, a través del nuevo HUCA, son las principales infraestructuras donde ya se emplea de la geotermia. "Es una oportunidad a futuro sobre algo que ya tienes. Al final es darle un nuevo uso a la mina. A veces se piensa en recuperar los terrenos en superficie pero no se mira tanto hacia lo que está en el subsuelo", concluye Andrés.

La joven empleó cerca de 60 meses en recabar los datos técnicos de Hunosa, realizar trabajo de campo y enviar esa información a una publicación científica nacional. "Es un proceso largo", recalca esta ingeniera en paro. "En Asturias y en España está complicado el trabajo, de hecho la mayoría de la gente que está fuera; en Australia y en Chile, pero aquí como están todas las minas cerradas no hay siquiera esa posibilidad", explica. "Cuando terminé hice un curso en Barcelona de hidrogeología y me gustaría trabajar por ahí pero está la cosa tan mal que no sale nada. Hace unos años te abría puertas, pero ahora no te abre puertas nada", agrega. Su trabajo mereció la calificación de "sobresaliente cum laude". Sus profesores valoraron la exhaustiva labor de investigación realizada a lo largo de estos cinco años. Pero el doctorado apenas tiene valor en el mercado laboral, lamenta.

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