Hipólito Vivar, catedrático de Comunicación en la Universidad Complutense de Madrid y responsable de formación de AMETIC, la principal asociación empresarial del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, se alarga recitando los perfiles de no tan nuevas profesiones digitales que las empresas españolas del ramo buscan y no encuentran en el mercado laboral. Ayer habló en Oviedo del "desajuste" entre los tipos de trabajadores que pide la industria y los que ofrece el sistema educativo español.
-¿No educa España como debería?
-Existen escalas de evaluación internacionales que dejan bien claro en qué puesto se encuentra la educación española. En uno manifiestamente mejorable.
-¿Qué oportunidades estamos dejando escapar?
-Tenemos una enorme ventana de oportunidad en la sociedad del conocimiento. España, como sus países hermanos europeos, debe coger el tren de las nuevas tecnologías para ponerse a la altura de Estados Unidos, China o Corea del Sur. Sólo hay que echar un vistazo a las principales empresas del mundo de la digitalización para darse cuenta de que no hay compañías europeas capaces de competir con Amazon, Google, Microsoft, Ebay... Si no queremos depender laboralmente de otros países en este sector es necesario desarrollar y educar las capacidades en el ámbito de la economía digital.
-¿Por qué pasa?
-El retraso viene de las estructuras educativas españolas, que son muy rígidas. En todos los niveles del sistema falta flexibilidad para adaptarse a lo que demandan la sociedad, las empresas y la industria. Por otro lado, nuestras principales industrias aún dependen de los sectores tradicionales, están centradas en las infraestructuras, cuando la sociedad del conocimiento son algo más que dispositivos y redes. Lo fundamental son los servicios, los contenidos, las aplicaciones.
-¿Soluciones?
-Deben implicar a los principales actores. A las asociaciones profesionales, a las instituciones educativas y a la Administración. Todos deberían ponerse de acuerdo pensando en las previsiones del proyecto Horizonte 2020 de la UE, según el cual se van a crear unos 900.000 puestos de trabajo en las TIC y nosotros todavía no somos capaces de ofrecer a la industria profesionales formados para cumplirlos. Un estudio de AMETIC calcula que en los próximos tres años se van a demandar en España 300.000 trabajos de diferentes perfiles profesionales y mucho nos tememos que no van a poder ser cubiertos.
-Las empresas forman a sus trabajadores. ¿Qué propone para evitarlo?
-Hemos elaborado un Libro Blanco para el diseño de las titulaciones universitarias relacionadas con la economía digital y hemos concluido que las actuales no son las adecuadas para las demandas del mercado. Se necesitan nuevas titulaciones de grado y máster que sean lo suficientemente flexibles e innovadoras para que encajen en las demandas de formación avanzada de los sectores digitales.
-¿Un vuelco completo?
-Un impulso para completarlas, para hacerlas más específicas e innovadoras.
-¿Qué nuevas titulaciones?
-Las agruparía en tres áreas: tecnologías de la innovación, estrategia y gestión de negocio digital y arte y diseño. En esos ámbitos, podemos tener desarrolladores de software, científicos de datos, ingenieros informáticos relacionados con la seguridad y el tratamiento de datos, community managers, las profesiones relacionadas con el marketing digital, con los cambios de los derechos de autor en el ámbito jurídico, con el arte y diseño en 3D, con los videojuegos...Todo lo que está a la orden del día carece de titulaciones específicas para formar profesionales.
-¿Habría que adaptar todo el sistema a estas nuevas exigencias?
-La era de la información ha cambiado completamente todas las estructuras de negocio, los procesos y las rutinas profesionales. Todos los sectores se tienen que actualizar. La informática debe ser uno de los pilares de conocimiento básico en todos los niveles de formación.
-¿El primer error está en Primaria?
-Es el abecedario digital. En la educación Primaria hay que dotar al niño o la niña de las infraestructuras para que desarrolle sus capacidades digitales. Muchas veces hacemos una falsa identificación de la pantalla con el tiempo libre o el ocio. Y también puede ser aprendizaje. Sería como la hoja en blanco de la Antigüedad.
