Se reunirán, se dejarán de reunir y ofrecerán ruedas de prensa hablando de responsabilidad, pero parece difícil que se alcance en la Junta General del Principado acuerdo alguno que desemboque en un nuevo presupuesto regional. Los tres únicos partidos que pueden forjar mayorías suficientes (PSOE, PP y Podemos) no sólo tienen visiones políticas distintas e intereses electorales encontrados; además se llevan, aparentemente, fatal.

Esta es la impresión que dejó ayer la sesión de preguntas al Presidente, que se celebra cada quince días en el Parlamento autonómico. Cada grupo eligió un tema para hacer hablar a Javier Fernández. IU pidió un pacto de Estado contra la violencia machista, y el Presidente se mostró completamente de acuerdo con él. Foro Asturias reclamó medidas de reactivación económica, a lo que Fernández replicó con la primera pulla, recordándole a su portavoz, Cristina Coto, que no hace mucho Francisco Álvarez-Cascos culpaba al Gobierno central, del PP, de la mala situación de Asturias, cuando ahora van de la mano a las elecciones.

Con Ciudadanos el debate fue más aséptico, sobre la gestión de TPA. Pero cuando los partidos mayoritarios entraron en juego, las espadas salieron a relucir, y quedó meridianamente claro la distancia que les separa.

El portavoz de Podemos, Emilio León, comenzó ironizando sobre lo bien que se llevan PSOE e IU ("Parece que se ha roto el pacto del duernu y ha llegado el pacto del muermo", dijo), anunció que no está de acuerdo con el calendario de tramitación presupuestaria.

Porque León quiere que las cuentas queden claras antes de ir a las urnas, y enfocó su pregunta hacia la "trama del agua", con casos de presunta corrupción en torno a la privatización de un servicio básico, sobre el que pidió un "pacto" para que vuelva a ser un recurso público.

Javier Fernández se defendió del "muermo" sacando a pasear otro pacto, el del "astillero" (supuesta conexión CSI-Naval Gijón-Foro-Podemos para mantener a los casquistas en la Alcaldía gijonesa), y aseguró que aunque está de acuerdo en que el agua debe ser un bien público, no se puede tratar a los municipios como si fueran "menores de edad".

Con Dolores Campillo -salpicada por el caso Pokémon- asistiendo impasible al cruce de declaraciones, Fernández reclamó a Podemos que no encienda "el ventilador" y dañe, sin prueba, reputaciones. "El verdadero daño es el constante goteo de prácticas corruptas y la impunidad", replicó León. Y Fernández le acusó de intentar "dañar la credibilidad" de sus adversarios políticos. "Usted convierte las dudas en sospechas, y las sospechas en condenas, con un talante linchador. Somos inflexibles con la corrupción, pero respetamos a la justicia. No puede meter a todo el mundo en el mismo saco".

El tono no mejoró cuando le tocó el turno a la portavoz del Partido Popular, Mercedes Fernández, que acusó al Gobierno regional de dejar morir el aeropuerto, frente a otros cercanos, que mantienen precios y vitalidad, como el de Bilbao o los de Galicia.

Javier Fernández se empleó a fondo: "Hasta cuando habla de aviones vuela bajo, el vuelo de su discurso es alicorto, gallináceo", dijo, en una aparente provocación, ya que la portavoz del PP se ha quejado en varias ocasiones de lo que considera un trato "machista".

El presidente autonómico volvió a arremeter contra la alianza electoral PP-Foro. El presidente dijo que unirse a Cascos "no sé si es una dieta equilibrada, produce pérdida de crédito, y el suyo está en el suelo como si se hubiera caído de un avión", le reprochó a la portavoz y presidenta del Partido Popular.