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En guerra contra las pinturas de dedos

"Es un bombazo", dicen los profesores, tras conocer que varios botes de tinta "de uso diario" contienen metales pesados

En la foto de la izquierda, Marisa Molina con sus alumnos y las pinturas. A la derecha, detalle de una mano coloreando y varios niños cubriendo un mural en Oviedo. l. murias/ i. collín IRMA COLLÍN

Daniel Sánchez utiliza su "dedo pintor" para colorear de rojo la falda de una castañera, que adorna uno de los pasillos de su colegio: el Germán Fernández Ramos de Pando, en Oviedo. "Ya sabes Dani, primero cubrimos con cuidado los bordes y después rellenamos el interior a mogollón", le dice la profesora Marisa Molina. El niño, de sólo 5 años de edad, asiente primero con la cabeza y lleva después a la práctica los consejos de su maestra. Poco a poco las manchas blancas de "yogur", como él dice, van desapareciendo. En cuestión de tres minutos, el dibujo ya está listo.

-¿Y ahora qué se hace?

-Ir al baño.

El pequeño Sánchez sabe perfectamente que hay que limpiar las manos a conciencia y llegar a clase sin un rastro de pintura de dedos. Más aún después de que la consejería de Educación suspendiese el uso de algunos modelos al haberse detectado en ellos "la presencia de metales pesados que suponen un riesgo para la salud de los menores". En el centro de Pando hace tiempo que no utilizan los productos que ahora están en el ojo del huracán. "Empleamos témperas por comodidad, ya que son más fluidas y fáciles de manejar", explica Marisa Molina. La alerta que lanzó esta semana Educación fue toda una "sorpresa" para los profesores del colegio. "Nunca pensamos que esto podía pasar y agradecemos mucho al Principado que nos haya avisado debidamente con fotografías y descripciones de los tipos afectados", precisa.

Con el mismo asombró recibió Marisa Fernández, directora del colegio Sagrada Familia de Corvera la notificación. "Fue un bombazo. ¿Cómo pueden hacer eso? Saben que quienes utilizan los pinturas de dedos son niños de infantil y que lo normal es que se lleven las manos a la boca", protesta Fernández. En su caso, fue un "alivio" saber que el centro no empleaba los botes afectados. "Trabajamos con la marca Jovi, pero con otros modelos", detalla. No obstante, "vamos a retirarlos, porque después de lo ocurrido ya me generan dudas y desconfianza", remata.

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