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FRANCISCO RAMOS OLIVER | General de división retirado, mandó el Regimiento Príncipe

"En la lucha contra el terrorismo islamista quizá haya que ceder algo en las libertades"

"Los problemas de integración social de los musulmanes pueden ser una causa de la radicalización, pero no la única"

El general retirado Francisco Ramos Oliver. MARCOS LEÓN

El general de división retirado Francisco Ramos Oliver no nació en Asturias, pero se siente "asturiano" de adopción. Aunque reside en Alcalá de Henares, sigue teniendo a la región muy cerca del corazón. Quien mandara el Regimiento "Príncipe" número 3, con base en La Belga (Siero), unidad con la que protagonizó una de las primeras salidas internacionales del Ejército español, concretamente a Bosnia, mientras abordaba el paso de unas fuerzas armadas basadas en el reclutamiento a otras integradas exclusivamente por profesionales. Desde su retiro, ve con clarividencia los retos que plantea la amenaza del terrorismo yihadista, y cree que, para combatirlo "algo de las libertades habrá que ceder". Se niega a meter en el saco a los mismos musulmanes y niega que los problemas de integración sean la causa de que tantos jóvenes se hayan lanzado a la guerra santa.

-¿Qué suponen los ataques yihadistas en París?

-Nos estamos enfrentando a algo muy serio, no es una broma. Estos terribles atentados son un ataque a la esencia misma de nuestra civilización, de nuestra forma de entender la vida. Es un problema complejo. Lo importante es que la población tome conciencia de que el peligro, la amenaza, es muy seria. De hecho, a mí personalmente me pone los pelos de punta. No me haría ninguna gracia que mi hija o mis nietas tuviesen que terminar vistiendo burka.

-¿Se va a producir una intervención terrestre en Siria para terminar con la amenaza?

-Algún tipo de reacción tiene que haber. No estoy ahora al tanto, porque estoy retirado, pero lo que sí veo es que hay que hacer algo. No descarto una solución militar, pero no digo que sea la única solución que deba darse a este problema.

-¿Qué mensaje se ha lanzado a Francia con estos ataques? ¿Quizá que saque las manos de Siria?

-El mensaje no es solo a Francia. Es también para el Reino Unido, para España, Portugal, Italia... Le ha tocado a Francia, pero también le puede llegar a España. De hecho, ya nos llegó en el pasado. No se pueden olvidar los atentados de los trenes. No es un mensaje a una nación concreta, ni por un hecho concreto. En cualquier caso, no creo que el camino sea culparnos, creer que este ataque puede deberse a alguna actuación realizada por las potencias occidentales. Ni usted ni yo tenemos la culpa, ni mis hijos ni mis nietos.

-¿Qué mueve a estos yihadistas. Se han criado y formado en Occidente. ¿Por qué adoptan este camino? ¿Es la constatación del fracaso en la integración de los musulmanes en países como Francia?

-Que hay un problema de integración social con algunos musulmanes es evidente. Hay sobre todo un problema de mentalidad, que no se adapta a nuestras sociedades. En cualquier caso, habría que culpar única y exclusivamente al islamismo radical. El enemigo no es el Islam. Hay personas musulmanas normales. De hecho están sufriendo el radicalismo. El problema se circunscribe a un porcentaje muy pequeño de musulmanes, los que se han radicalizado hasta límites infrahumanos.

-Es una violencia que se puede calificar de medieval.

-No es la primera vez que se da en la historia esta radicalización. En el siglo XX hemos conocido cómo dos naciones (en referencia a Alemania y Rusia) acaban derivando en regímenes terribles, en radicalizaciones que llevan a excesos. Los problemas de integración social son una causa de la radicalización, pero no la única.

-El presidente de Francia ha anunciado su intención de cambiar su Constitución para hacer frente al radicalismo. Este conflicto está planteando la posibilidad de recortes en las libertades. ¿Cómo ve esta cuestión?

-Hay que tratar de que tener seguridad sin perder las libertades que nos hemos dado, como la privacidad, la libertad de movimientos. Pero la seguridad afecta a las libertades. Es un debate que está ahí. Habría que llegar a un equilibrio. Lo suyo es que la seguridad se lleva a cabo sin menoscabo de las libertades, pero algo de las libertades quizá haya que ceder en la lucha contra una amenaza tan grave como es el terrorismo islamista. La situación obliga a los servicios de inteligencia a afinar más para frenar las amenazas.

-A raíz de los ataques se ha puesto en duda la eficacia de esos servicios de inteligencia. ¿Qué ha podido fallar para no detectar a los terroristas?

-Sería frivolizar que yo enjuiciase algo que no conozco al detalle. Seguramente lo ha hecho estupendamente. La seguridad no se consigue nunca al cien por ciento, es metafísicamente imposible. Es muy difícil luchar contra una amenaza tan difusa como el terrorismo islámico, y en líneas generales creo que se ha hecho bastante bien hasta ahora. Se han frenado muchísimos ataques.

-En líneas generales ha habido un apoyo cerrado a Francia, pero también se han deslizado críticas.

-Oficialmente se le está mandando un mensaje de solidaridad y apoyo, desde todos los países de Occidente. Hay grupos sociales que sin embargo no están de acuerdo con una solución militar. Eso quiere decir ni más ni menos que estamos en un régimen de libertades, en el que cada uno puede expresar su opinión. Precisamente, el mantener eso es lo que nos estamos jugando.

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