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FRANCISCO LOUÇA | Economista, exdiputado y líder del Bloque de Izquierda portugués

"Crear una montaña de deuda y pensar que no va a caernos es una mala política"

"En cuatro años llegará otra crisis financiera y afectará a las economías con gran dependencia de los mercados como son España y Portugal"

Francisco Louça, anteayer, en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, donde se celebró el seminario. LAURA CARADUJE

-¿Qué nos enseñó la crisis griega?

-Que la Unión Europea no aceptó alternativas, que asistimos a un chantaje al país y que la solución no sirve ni para Grecia ni para la propia Unión Europea.

-¿Reaparecerá el problema?

-Sin duda. Lo de Grecia es una muerte anunciada. Tsipras llegó al poder con unos 20.000 millones de euros de reservas nacionales. Se ha quedado sin un euro y ahora depende totalmente de lo que decida el Banco Central Europeo. Hay que decirlo claro: Grecia no está en condiciones de pagar su deuda.

-Y entonces, ¿qué?

-Pues que esto estallará y será aún peor que hace meses. El otro día un medio tan liberal como "The Economist" reconocía que esta situación no tiene salida, porque crear una montaña de deuda y pensar que no nos va a caer encima es una mala política. Corremos hacia el abismo, pero no sólo los países que deben, sino también los que son más acreedores.

Francisco Louça es catedrático de Economía de la Universidad de Lisboa y una de las grandes referencias del Bloque de Izquierdas, en Portugal. Asesor y amigo del presidente griego, Alexis Tsipras. Participó este fin de semana en Oviedo en el seminario internacional "El rapto de Europa", organizado por la asociación cultural La Ciudadana.

-¿Ve a Grecia fuera del euro?

-El euro ha servido para disciplinar, pero es sólo un instrumento de una máquina de destrucción de políticas sociales, que es como hay que entender la Unión Europea actual. La salida del euro no es sencilla, pero yo creo que a Grecia no le quedará otra alternativa.

-Eso a la reestructuración de la deuda.

-Era la tesis griega que contó con el rechazo absoluto de Francia, Alemania e Italia. Por supuesto, de Mariano Rajoy y de Coelho, en mi país, ya ni hablo. Esa negativa va a tener inmensas consecuencias. ¿De qué sirve que un país tenga un crecimiento del 1,7 anual sobre su PIB si tiene que pagar el doble por los intereses de la deuda?

-Aceptemos que Grecia hizo las cosas rematadamente mal.

-Fallaron las formas durante la negociación y partimos de la base de que se pasaron años distorsionando las cuentas. Pero Tsipras tiene una visión muy europeísta, también muy ingenua. Se encontró con un ultimátum y no tenía preparado un plan B. Si hubieran estudiado ese plan alternativo, ahora probablemente estarían fuera del euro y les iría mejor. A Grecia se le planteó desde la Unión Europea cosas inaceptables, como que pensara en ir vendiendo algunas de sus islas. Es increíble. Es como si Europa le dice a España que venda Galicia para cubrir gastos.

-¿La crisis remite?

-Ocho años después de su inicio seguimos en muchos países de la Unión Europea con un nivel de desempleo impresionante y con riesgo generalizado de deflación a pesar de las inyecciones de fondos del Banco Central. Una la acaba de anunciar Mario Draghi. Pero es que además vislumbro otra crisis financiera en un plazo de cuatro años, que volverá a afectar sobre todo a las economías con gran dependencia de los mercados financieros, como son España o Portugal.

-La coalición de izquierdas en su país está a punto de formar Gobierno.

-Hay acuerdo de gobernación. Habrá Gobierno socialista sustentado en una alianza parlamentaria con las dos grandes fuerzas de izquierda. Es algo inédito. Sobre la mesa están varias promesas: parar el proceso de privatizaciones, rechazar la flexibilización de los despidos y devolver pensiones.

-¿Cómo reaccionará Europa?

-El Partido Socialista acepta las reglas de juego que, por otra parte, ya no respetan ni Francia ni Alemania. La pregunta es: ¿se pueden aceptar las condiciones de los mercados financieros y, encima, crear empleo? A mí me parece muy difícil.

-Nuestros hijos van a vivir peor que nosotros.

-Jamás había ocurrido una cosa así en el siglo XX. Es muy probable que esto ocurra y es fatal para la democracia. Cuando los gobiernos dictan medidas de austeridad injustas o se permiten rebajar incluso las pensiones, lo que se está haciendo es romper el contrato democrático. Se está condenando a los jóvenes; se está diciendo a muchos jóvenes europeos que pierdan la esperanza de conseguir un trabajo con un sueldo digno de aquí a diez años. Ya lo dice el Papa Francisco, un moderado con lengua aguda: el capital financiero mata.

-Sin embargo, seguimos teniendo sentido de pertenencia respecto a Europa.

-Había más. El problema es que la Unión Europea se cerró a la diversidad y a la convergencia y el espacio democrático europeo es más estricto. España sigue financiando la economía alemana y, mientras tanto, Alemania vendiendo submarinos a Grecia.

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