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Los cláxones sonaron por Alberto Villar

Los amigos del motorista fallecido el domingo reconocen en su despedida que "seguimos siendo los débiles de la carretera"

Las motocicletas, con crespón negro en señal de luto. MARCOS LEÓN

Con mensajes emotivos e historias que repasaban las mejores anécdotas del motorista Alberto Villar Peña, presidente del Club Astures, se despedía ayer en el tanatorio gijonés de Cabueñes al último "motero" que deja la vida en las carreteras de Asturias. Fue el suyo un accidente mortal ocurrido el domingo en la autovía de Grado, muy cerca de Oviedo. El fallecido volvía de disfrutar de una comida de hermandad con otros amigos aficionados al motor.

"Desaprobar el mundo de las dos ruedas sería faltar a la memoria de Alberto" sostuvo Falo Patallo en el inicio de los discursos de despedida a quien, en su caso, era un amigo y compañero de trabajo en EdP. "Resulta paradójico que la moto -que le costó la vida- resultara ser su forma de vivir", decía emocionado Patallo, el encargado de ir dando la palabra a aquellos amigos que quisieron tener un recuerdo en voz alta sobre el gijonés de adopción -Alberto Villar era nacido en Guetaria- en la capilla del tanatorio.

"Reivindicativo con sus ideas, gran lector, amante de la naturaleza y la fotografía, cariñoso, de buen yantar, y con voz de locutor de radio". Juan Quintana, del Club Astures, se deshizo en elogios. Las lágrimas le impidieron continuar su parlamento hasta que recibió el abrazo de otro miembro del club, Carlos "Tron". Tras ellos intervino Elpidia Quintana, presidenta de la Cofradía Amigos Queso Gamoneu y otro amigo íntimo, José Ramón Menéndez, para continuar con anécdotas cariñosas con Alberto, a quien todos los amigos llamaban "el vasco" como protagonista.

A las palabras se sumaron también, en duelo, los gestos. Como el que tuvieron medio centenar de motoristas haciendo sonar los cláxones de sus vehículos, todos con crespón negro, durante un minuto. Al unísono, para tributarle el último adiós a Alberto Villar, ante los emocionados familiares entre los que se encontraban su mujer, Pilar Menéndez y su hija Izaskun Villar.

"Recordamos a todos los caídos por este hobby, en especial a Alberto que era un un gran amigo. Seguimos siendo de los más débiles de la carretera", reconocía Carlos, "Tron", del Club Astures.

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