L. S. NAVEROS

El presupuesto regional llega a la Junta General con un panorama complicado: con los partidos inmersos en la campaña electoral, y con el Parlamento más fragmentado que nunca.

¿Quiénes negocian?

El Gobierno mantuvo conversaciones con todos los grupos, pero fueron más bien de índole protocolaria, salvo con IU y con Podemos, las dos fuerzas de izquierdas de la Cámara. Ha cerrado un pacto con IU, pero está lejos de lograr consenso con Podemos.

¿Qué pactaron con los socialistas con IU?

Un presupuesto de 4.121 millones de euros, con un 69 por ciento de gasto social, 240 millones más que este año. Incluye la reforma del impuesto de Sucesiones para corregir el "error de salto" (que implicaba que con un solo euro por encima de los 150.000 de herencia, se pasaba a tributar, un mínimo de 18.000 euros). Ahora, se empieza a pagar a partir de los 150.000 euros, que quedan exentos. Incluyen además dos tributos "verdes", a las bolsas de plástico de los supermercados, y a los vertidos industriales.

¿Tiene apoyos parlamentarios?

Por ahora, no. El Gobierno cuenta con los 14 votos del PSOE y los 5 de IU, 19 escaños, cuando necesita al menos 23 apoyos. El PP ya ha anunciado que presentará una enmienda a la totalidad, y Foro ha mostrado su rechazo al proyecto. Ciudadanos no se ha pronunciado, pero sus votos no son concluyentes. Sólo Podemos podría dar el apoyo necesario al proyecto presupuestario.

¿Qué pide Podemos?

Podemos quiere analizar partida a partida el proyecto presentado por el Gobierno, porque "no se trata de aumentar el gasto social, sino de que las políticas sociales funcionen, de que el dinero llegue a su destino". Este es uno de sus ejes fundamentales. Quieren un cambio fiscal, que podría reflejarse en el presupuesto del año que viene o no, pero que se enmarca en la negociación presupuestaria. Pasaría por bajar los impuestos a "la mayoría social" y compensar con más tributos a las rentas más altas. Sitúa también como prioridades la lucha contra la corrupción, para mejorar la eficiencia del dinero público, y reformar el sector público para reducir el gasto, "evitando duplicidades", e inversiones que no se basen en "una demanda real". Han mantenido dos reuniones técnicas con el PSOE, pero no hay fijadas nuevas citas.

¿Enmiendas a la totalidad o enmiendas parciales?

El PP ya ha anunciado que presentará una enmienda a la totalidad. Su énfasis está en la política fiscal: pide la supresión del impuesto de Sucesiones y de las dos "tasas verdes" pactadas con IU. Podemos podría presentar una enmienda a la totalidad, una opción poco probable, ya que supondría asumir la responsabilidad de rechazar el presupuesto, alineándose con los conservadores. Si el proyecto del Gobierno supera el debate de totalidad, porque ninguna enmienda a la totalidad obtiene mayoría, se aleja el riesgo de prórroga presupuestaria. Llegaría el trámite de las enmiendas parciales. Ahí los grupos pueden dar la batalla con numerosas enmiendas parciales, siempre que consigan respaldo mayoritario, pero no pueden tocar los ingresos. Podría reconfigurarse el presupuesto de gastos, de forma que el Gobierno se viera con un proyecto irreconocible. Entraría en vigor si logra el respaldo de la Cámara.