La montaña asturiana y, en concreto, la localidad de Sotres han sido elegidas por la empresa Correos para probar la utilización de drones como "carteros" para llevar envíos a zonas de difícil acceso y en condiciones climáticas adversas. Una experiencia inédita en España que parece haber dado buenos resultados en otros países, aunque, eso sí, con meteorología muy favorable. Nada que ver con las invernadas que se avecinan.

Se trata de un prototipo multirrotor de seis motores con hélices que puede transportar hasta un kilo y medio de mercancía y aguantar vientos de hasta 40 kilómetros por hora. El hexacóptero -así se llama técnicamente- se guía por GPS y es completamente autónomo a partir de unas determinadas coordenadas. El dron está dotado de un sistema de seguridad que, en caso de perder la señal de radio, le permite volver a "casa" por la misma ruta de la ida. El propio cartero puede programar el itinerario, las paradas a realizar y la altura de vuelo.

Fuentes de Correos afirmaban ayer que "en ningún caso esto va a sustituir a los carteros de toda la vida. El objetivo es justo lo contrario: ayudarles y mejorar su seguridad".

Las pruebas se llevaron a cabo desde dos ubicaciones distintas. Una, a tres kilómetros de distancia de Sotres. La segunda, a dos kilómetros y medio, y ambas en la ruta habitual de Alejandro, el cartero que cubre la zona y lleva la correspondencia a Sotres, Poncebos, Tresviso, Camarmeña, Tielve, Bulnes y Aranga. Para el experimento Correos hubo de pedir permisos a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y a Parques Nacionales.

Correos es el operador designado para prestar el llamado servicio postal universal, que obliga a la recogida y entrega de envíos cinco días a la semana. Un dron puede ser la alternativa en zonas aisladas por un temporal, como ocurre todos los inviernos con algunas localidades de los Picos (aún se recuerda la última nevadona, la del pasado mes de febrero). "En caso de emergencia -aseguran fuentes de Correos- la tecnología dron puede hacer llegar un artículo de primera necesidad", como por ejemplo un medicamento.

Los drones están de moda, y no sólo como juguete. Correos se suma a las iniciativas que ya llevan a cabo en este sentido operadores postales públicos como La Poste, en Francia, y Swiss Post, en Suiza, así como algunos otros privados.

Pero los vecinos de los Picos de Europa son escépticos, con tendencia a la ironía. "Igual es que desde Madrid no se imaginan lo que puede ser un temporal por aquí", asegura uno de ellos, natural de Poncebos. La resistencia del aparato a vientos de hasta 40 kilómetros por hora condiciona la labor del dron de Correos, de color amarillo para mantener la imagen corporativa de la empresa postal. Si en Correos quieren pruebas de fuego, que esperen unos días. Y a volar.