La mejora de la tantas veces complicada convivencia de las bicicletas con los vehículos y los camiones en las carreteras pasa por una "ordenación de las vías en función de sus usos prioritarios". La recomendación es de la Asociación Española de Accidentología Vial, entidad presidida por el asturiano Raimundo García Cuesta, quien pone los siguientes ejemplos para argumentar esta tesis: "Si hay una determinada ruta con una gran presencia de camiones, podría llegar a restringirse el paso de las bicicletas; mientras que aquellas carreteras que sean adecuadas y en las que haya muchos deportistas podrían declararse de uso ciclista prioritario, ampliando y limpiando bien los arcenes".
Añade este experto en seguridad vial que la propuesta de establecer usos prioritarios en las carreteras también conllevaría ventajas económicas, por ejemplo, en materia de conservación. En todo caso, apunta que para llevarla a la práctica sería necesario, en primer lugar, reunir y poner de acuerdo a los diferentes titulares de las vías, que, en el caso de Asturias, son el Estado, el Principado y los ayuntamientos. "Luego habría que detallar un catálogo que establezca cuáles son esos usos prioritarios, teniendo en cuenta que, en el caso del ciclismo, hay profesionales que entrenan, quienes usan la bicicleta como alternativa a otros medios de transporte y quienes la cogen para disfrutar de su ocio", subraya García Cuesta.
La entrada en servicio de numerosos tramos de autovía en Asturias en los últimos años ha incrementado la presencia de ciclistas en las antiguas carreteras nacionales de la región, como, por ejemplo, la de Santander (N-634) o la de la costa (N-632). Alguno de sus trayectos serían susceptibles de ser catalogados como de uso ciclista prioritario, de acuerdo con la tesis que defiende la Asociación Española de Accidentología. Sin embargo, la realidad actual es que la convivencia de unos grupos de aficionados a la bicicleta cada vez más numerosos con los automovilistas y los camioneros está generando situaciones de peligro y más de un accidente. La legislación vigente permite a los ciclistas circular agrupados, formando columnas de a dos allí donde la visibilidad sea buena y en fila india en los tramos más complicados. Además, la normativa no obliga a que las bicicletas mantengan una distancia de seguridad mínima entre ellas, lo que complica las maniobras de adelantamiento por parte de los otros vehículos.
Adelantamientos
"Tal y como están las cosas, lo que debe de hacer un conductor que pretenda adelantar a un grupo de ciclistas es lo que dice la lógica: esperar hasta que se den las condiciones necesarias para realizar la maniobra con seguridad, aunque para ello haya que esperar varios kilómetros", asegura García Cuesta. Sin embargo, a su juicio, este tipo de situaciones de riesgo potencial podrían reducirse en el caso de que las carreteras estuviesen catalogadas y los conductores fuesen conocedores de que si circulan por determinados tramos pueden encontrarse con una nutrida presencia de aficionados a la bicicleta.
"La seguridad de todos es lo primero y lo mismo que se puede facilitar la circulación de ciclistas en algunos tramos de carretera, se podría prohibir en otros. Por ejemplo, en aquellos en los que haya mucho tráfico pesado o unos niveles de circulación excepcionalmente altos", concluye el experto asturiano.
