Los alcaldes asturianos están de acuerdo con los arquitectos en que la normativa para los planes urbanísticos es compleja y los procedimientos se alargan en el tiempo, pero entienden que debe primar la transparencia sobre los plazos. Las razones son fundamentalmente que los vecinos y las Administraciones afectadas tienen derecho a participar en el planeamiento del territorio y defender su patrimonio, pero además hay otro factor: a mayor transparencia menos corrupción. Y cuanto más se constriñe el suelo y más modificaciones se realizan sobre los planes urbanísticos, mayor posibilidad de especulación.

El decano del Colegio de Arquitectos, Alfonso Toribio, indicó que es necesario "simplificar" una normativa "desproporcionada" y compleja que hace relativamente fácil tumbar los planes urbanísticos, ya que "es prácticamente imposible cumplir de forma escrupulosa" todos los requisitos. Eso conlleva que una sentencia judicial favorable a un recurso por una cuestión concreta pueda tumbar la totalidad del proyecto. De ahí que los arquitectos apuesten por "desagregar" el plan en piezas separadas e independientes.

El presidente de la Federación Asturiana de Concejos (FACC), Ignacio García Palacios, también alcalde de Navia, remarcó ayer que si bien está de acuerdo con las críticas de los arquitectos sobre la complejidad del procedimiento, "hay que cumplir escrupulosamente el fin último: la participación ciudadana y de las todos los departamentos de las administraciones públicas que tienen competencias". Eso es, Medioambiente, Patrimonio, Costas, Confederación Hidrográfica del Cantábrico, y un largo etcétera.

"No tienen competencias en la ordenación del territorio, pero al igual que los propietarios, tienen sus intereses y cosas importantes que decir, que luego se demostrará si tienen o no razón en sus planteamientos, pero hay que analizarlo", indicó el presidente de FACC. García Palacios insistió en que "si un procedimiento es vulnerable, existe la posibilidad de que impere la voluntad de un particular sobre el interés general".

En este sentido, puso como ejemplo la comparación entre la costa asturiana y del resto del país. "La de Asturias es diferente. Ha habido muchas protestas de propietarios por la norma, pero se ha sido estricto y respetado la costa y ahora es patrimonio de todos, porque ha primado el interés general sobre el particular".

García Palacios indicó que a la complejidad normativa en la redacción de los planes urbanos se suma la filosofía sobre las perspectivas de futuro. "Hay que pensar en periodos de dos décadas, y eso es muy difícil. Se necesita pensar por dónde va a crecer una localidad teniendo en cuenta un principio básico: que los que vayan a residir allí tienen que tener todos los servicios básicos, y que llevarlos es costoso. Esa perspectiva de futuro debe estar clara, añadió.

Respecto a desagregar los planes urbanísticos como piezas separadas, el presidente de la FACC indicó que tener piezas separadas puede provocar que se pierda la visión de conjunto, que es básica en la ordenación del territorio".