Una parte del sueldo vinculado a la "excelencia", con carrera de Magisterio de cuatro años y otros tres de especialización docente tras superar una prueba de selección. O sea, el MIR del profesorado.

El Libro Blanco de la Profesión Docente ya está encima de la mesa del ministro de Educación Méndez de Vigo y pronto lo estará en las de los protagonistas de la comunidad educativa. El Ministerio de Educación ya lo colgó en su página digital y ha abierto la dirección de correo libro.blanco@mecd.es para recibir sugerencias. El ministro cree que es el primer paso para "un gran pacto nacional de Educación",

Entre las propuestas más novedosas, el filósofo y pedagogo José Antonio Marina propone que los profesores "más capaces" vayan a los centros educativos "más conflictivos". Falta por conocer los criterios de capacidad y conflictividad que subyacen en la propuesta.

Tras los cuatro años de Grado de Magisterio, la prueba de selección, de convocatoria y carácter nacional, daría acceso -en caso de ser aprobada- a un máster teórico y práctico de un año impartido en un Centro Superior de Formación del Profesorado y, a continuación, habría dos años de prácticas docentes (con "retribución adecuada", dice el borrador) en un centro educativo bajo la dirección de un profesor tutor.

Beca para los mejores

La nota en la prueba de acceso es clave a la hora de la elección del candidato a profesor en ese centro educativo donde va a realizar sus prácticas docentes. Puede elegir cualquier centro de España. El 25% de los aspirantes con mejores resultados tendría una beca que, en el caso de elegir un centro educativo fuera de su lugar de residencia, le cubriría la estancia y la manutención.

Y transcurridos los dos años de prácticas retribuidas los docentes que quieran acceder a la función pública docente serían sometidos a una evaluación final, parecida a las oposiciones que cada comunidad autónoma organiza para nutrir de profesorado fijo a sus sistemas educativos.

Todos los docentes no universitarios deberán ser evaluados "periódica y sistemáticamente", según criterios como el progreso educativo de los alumnos y su opinión, la observación del docente en el aula, los resultados del centro y la relación con las familias. Dos sindicatos, CC. OO. y ANPE rechazaron ayer de plano que la opinión del alumnado sea un criterio de evaluación.

Los directores tendrían que aprobar un curso de formación en los citados Centros Superiores de Formación del Profesorado. Marina y sus colaboradores exponen la necesidad de buscar "nuevos perfiles docentes" que se integren en la escuela, como los educadores sociales, los bibliotecarios escolares o los expertos en medios digitales.