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VERÓNICA ALEJANDRA ROJAS BERRÍOS | La embajadora de Nicaragua en España, ante el doble aniversario de la muerte y el nacimiento (2016 y 2017) del poeta que abrió el verso castellano al modernismo

"La revolución sandinista impulsa los mensajes de Rubén Darío"

"Hubo un encuentro de dos culturas que han tardado quinientos años en reconocerse como iguales"

"La revolución sandinista impulsa los mensajes de Rubén Darío"

De revolucionar el verso castellano a inspirador de la revolución sandinista. O casi. Nicaragua prepara un gran doble homenaje a Rubén Darío, en 2016, con motivo del centenario de su muerte, y del 150.º aniversario, en 2017, de su nacimiento. Verónica Alejandra Rojas (León, Nicaragua, 1953), embajadora del país centroamericano en España y economista en el proceloso mundo de la diplomacia, en el que brega en Madrid desde enero de 2014, está volcada en la organización de estos aniversarios del poeta, considerado como la primera estrella del firmamento modernista hispanoamericano. Rojas afirma que los mensajes de enaltecimiento de la idiosincrasia nicaragüense de Darío son también impulsados por los sandinistas. La embajadora se limita a preguntarse por los oscuros motivos del brusco pase a la oposición de revolucionarios del primer momento como el sacerdote Ernesto Cardenal o del exvicepresidente Sergio Ramírez, hoy muy críticos con el presidente Daniel Ortega. Defensora, sin ninguna duda, del pacto del actual Gobierno con la Iglesia católica contra la ley del aborto, confía, también sin reticencias, en que el proyecto de canal que unirá por su país los océanos Atlántico y Pacífico se haga realidad.

-Señora embajadora, ¿cómo van los preparativos para celebrar el próximo enero el centenario de la muerte del poeta Rubén Darío?

-En España ya hemos realizado una velada en el Ateneo de Madrid de lanzamiento de las jornadas que estaremos realizando a lo largo de 2016 para recordar a nuestro poeta y demostrar la vigencia de su pensamiento más allá de la riqueza y musicalidad que aporta al castellano.

-¿Cuál considera usted que era ese pensamiento?

-Rubén Darío supo analizar como nadie la relación que se forjó tras siglos de contacto entre la sociedad latinoamericana y España. Estableció el vínculo histórico que hay entre una población que tenía una cultura propia a la que debió insertar los rasgos de la española para crear una nueva realidad incluso genética, de mestizaje. En Nicaragua vamos a celebrar en 2016 con mucha fuerza el centenario de su muerte y en 2017, los 150 años de su nacimiento. Rubén Darío habla de simbiosis y de enriquecimiento para los nativos de Latinoamérica y para los españoles porque no se puede olvidar que antes de la llegada de los españoles ya existía una cultura en nuestras tierras.

-¿Fue muy cruenta aquella conquista?

-A estas alturas de la historia, en el siglo XXI, creo que ese sentimiento de conquista tiene que estar superado. Lo que hubo fue un encuentro entre dos culturas asimétricas que han tardado más de 500 años en reconocerse como iguales.

-¿Qué tiene que ver el padre del modernismo con la revolución nicaragüense que se prolongó entre julio de 1979 y febrero de 1990?

-Tanto Rubén Darío como nuestra revolución reconocen las raíces culturales nativas. En 1908, Darío escribe en prosa un texto para enaltecer la fortaleza de la idiosincrasia nicaragüense, sus habilidades, su tesón y su espíritu de trabajo. En ese documento ya pide también que se incremente la producción para lograr una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos. Todos esos mensajes los impulsa también la revolución sandinista, que reconoce lo multiétnico y multicultural sin aislamientos.

-¿Cómo fue posible que aquel indio de Metapa conquistase España y toda la América española con un sentido del lenguaje a la vez nuevo y ancestral, según el también poeta José María Valverde?

-Rubén Darío era un genio ya de niño, que leía a los 3 años y declamaba poemas enteros a los 5. Él nació en Metapa, pero pasó su infancia y adolescencia en León, la ciudad universitaria de Nicaragua, donde creció en un ambiente en el que se promovía el conocimiento. Rubén Darío se interesaba por todo, rompía fronteras y allá donde iba dejaba su huella nicaragüense.

-¿Qué representa hoy Rubén Darío para los jóvenes nicaragüenses?

-Un total orgullo, un hombre que se adelantó a su tiempo.

-¿Cómo vela Nicaragua por el español cuando la invasión del inglés es tan arrolladora?

-Nuestros idiomas oficiales son el español y las lenguas nativas, pero reconocemos que hoy en día es importantísimo hablar inglés porque es el vehículo de comunicación que se emplea en todo el mundo para tratar, por ejemplo, temas de economía.

-¿Cómo llegó usted, que es economista, a la diplomacia?

-La economía requiere siempre de lo político y de la diplomacia para obtener beneficios para el país. Nuestro comandante Ortega me propuso este reto y yo lo he asumido con mucho gusto. Me estrené como embajadora en España el 15 de enero de 2014 y lo que espero es que el conocimiento de mi país crezca entre la sociedad española. Nicaragua es una nación de oportunidades.

-¿Qué tipo de oportunidades?

-Nuestro reto pasa por mejorar nuestro desarrollo social y económico y necesitamos todo tipo de infraestructuras, de industrias transformadoras. Demandamos inversiones en el sector de la automoción y, sobre todo, ayuda para dar el salto de la era analógica a la digital. Me gustaría que las empresas españolas se arriesgasen más e invirtiesen en Nicaragua, el país que respeta a los inversores y que es el mejor comunicado de Centroamérica.

-¿Cómo va el proyecto del canal de Nicaragua que conectará el océano Atlántico y el Pacífico?

-En los próximos meses comenzaremos la construcción del primer puerto del Pacífico que estará vinculado a este proyecto. Ya se han hecho todos los estudios de impacto ambiental y social y, por lo tanto, la construcción de esta infraestructura será una realidad.

-Ese canal era una exigencia de Estados Unidos en el tratado Bryan-Chamorro de 1914 que no llegó a realizarse. ¿Por qué?

-El canal de Nicaragua fue ya mencionado en la época de la conquista española. En 1844 se retomó el proyecto y en 1914 la idea se abortó por intereses geopolíticos contrarios a Nicaragua. Estados Unidos prefirió impulsar la construcción del canal de Panamá. Los nicaragüenses estamos defendiendo nuestros intereses y haremos esta obra para que se beneficie toda Latinoamérica y todo el mundo porque al reducir tiempos se abaratarán los productos.

-La oposición dice que ese proyecto va a acabar en fracaso.

-También dijo que era un sueño inalcanzable y estamos alcanzándolo. Ese canal será muy beneficioso para mi país.

-Y ahora el proyecto está en manos del multimillonario chino Wang Ying, a quien la oposición considera poco menos que el amo de Nicaragua. ¿Es así?

-Wang Ying es sólo el promotor del canal, porque el comandante Ortega dejó claro que la obra tendría que hacerse con capital multinacional. No tenemos amo, nuestro amo y señor son los nicaragüenses.

-¿No se estarán ustedes entregando a China, contraviniendo la divisa del general Sandino de defender la soberanía nacional?

-En absoluto, lo que hacemos día a día es defender nuestra soberanía.

-Las otras dos divisas eran: la democracia y la justicia social. ¿Las están cumpliendo ahora?

-La democracia es el derecho que tenemos a decidir nuestro futuro mirando siempre al interés colectivo para lograr un mayor desarrollo. Sobre la justicia social puedo asegurar que los índices de pobreza extrema han pasado desde 2005 del 19,9 por ciento al 8 por ciento. La pobreza ha disminuido del 46 por ciento al 27,9 por ciento. Defendemos con tesón la justicia social protegiendo, sobre todo, a las mujeres, a los niños y a la juventud.

-Según "The Economist", Nicaragua es un régimen híbrido, en el que las elecciones no son libres ni justas.

-En Nicaragua existe una ley Electoral para todos y fíjese si es un país libre que nadie tapa el discurso de la oposición. Somos el país más seguro de Latinoamérica.

-¿Se presentará Rosario Murillo, esposa de Ortega, a las elecciones presidenciales de 2017?

-Es aún muy pronto para saber si lo hará.

-Pero ya hay por la calle mensajes de "Rosario, presidenta 2017", a pesar de que la oposición argumenta que por razones de parentesco con el actual presidente no se puede presentar a las elecciones.

-No he visto ni uno de esos carteles en las numerosas ocasiones que he ido a Nicaragua. La compañera Rosario Murillo es una militante sandinista, es una ciudadana más que tiene el mismo derecho que cualquier otro ciudadano a presentarse a las elecciones.

-¿Por qué el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal ya no comulga con el presidente Ortega?

-El comandante Ortega evoluciona siempre para asegurar el bienestar de los nicaragüenses. Desconozco los intereses que defiende ahora Ernesto Cardenal, pero Ortega es un estadista que logró finalizar una guerra, entregó el poder y se presentó a unas elecciones libres que ganó. Él apuesta por una visión de amplitud, de consenso y de respeto a todos los nicaragüenses.

-Cardenal ha dicho que está en la oposición al actual Gobierno, que considera una dictadura.

-¿Una dictadura elegida en las urnas y que actualmente goza de aceptación del más del 70 por ciento de los nicaragüenses?

-¿Cómo ha sido posible que el presidente Ortega y el conservador cardenal Miguel Obando se pusieran de acuerdo para oponerse al aborto en Nicaragua?

-Ésa no ha sido una decisión del comandante Ortega, sino una decisión del pueblo nicaragüenses. Somos un país muy católico y hay que respetar las creencias de un pueblo que cree que el derecho a la vida es básico.

-Pero es que hasta Sergio Ramírez, el vicepresidente de Daniel Ortega entre 1984 y 1990, es ahora uno de los críticos más duros con el régimen actual.

-Ramírez lleva más de veinte años en la oposición al Frente Sandinista. Lo que habría que ver es por qué han cambiado sus ideas y hacerle ver a él también que el mundo ha cambiado.

-Ramírez considera al presidente Ortega un viejo caudillo, en la línea de José Santos Zelaya, que se declaraba revolucionario y antiimperialista con la única finalidad de conservar el poder.

-Pues no hay que olvidar que el general Zelaya tuvo sus virtudes al defender el nacionalismo nicaragüense y el desarrollo del país. Hasta Rubén Darío reconoce que Zelaya fue derrocado por defender los intereses de su país. Zelaya no pudo acabar su obra, pero el comandante Ortega sí que lo está haciendo.

-Por cierto, ¿qué queda de los 43 años de dictadura de Somoza?

-Prácticamente nada. El somocismo es una etapa superada muy rezagada, porque además Nicaragua es un país muy joven, donde los menores de 30 años son el 61 por ciento de la población.

-¿Hay alguna similitud entre el franquismo y el somocismo?

-La negación de los derechos básicos a la vida, a la educación y a la sanidad. Nuestro proceso tras la dictadura fue diferente al español. El somocismo no tiene una sombra tan alargada como el franquismo. Nosotros vivimos diez años de una revolución con una guerra impuesta. Nos costó mucho, pero se produjeron cambios a mejor. Luego vivimos un periodo de diecisiete años de retroceso en la defensa de esas libertades y avances sociales. Desde 2007 lidera nuestro país el Frente Sandinista del comandante Ortega para apostar por el verdadero cambio en una Nicaragua unida y de respeto. Eso sí que es política de Estado.

-¿Es verdad que la revolución se acabó en cuanto los guerrilleros se hicieron ricos?

-La revolución es un estado de cambio permanente en beneficio de los más desfavorecidos. En Nicaragua, desde luego, no hay ni un exguerrillero rico. Los que hicieron dinero están fuera del país.

-¿Estuvo usted en la guerrilla?

-Llevo más de 40 años vinculada a todos los procesos de cambio y transformación social de mi país. Por edad no pude estar en la guerrilla, pero sí he estado muy vinculada en la revolución en sus dos etapas.

-¿Cómo ven ustedes la normalización de las relaciones de Estados Unidos con Cuba?

-Es un acto de justicia con el pueblo cubano que demuestra que a veces la justicia es muy lenta.

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