Manuel Menéndez Cabeza, uno de los históricos de la antigua Alianza Popular en Asturias, falleció el pasado miércoles en Pozuelo de Alarcón, en Madrid. Había nacido en Oviedo en 1927, se licenció en Ciencias Químicas en la Universidad de Oviedo y en Ingeniería Siderometalúrgica en Alemania donde ejerció gran parte de su carrera profesional hasta su regreso a Asturias.
Menéndez Cabeza ejerció la presidencia de AP, el germen de lo que después fue el Partido Popular, en una etapa de cambios continuos en la jerarquía del partido, tras los escasos resultados de las elecciones de 1977. El presidente de entonces era el gijonés Claudio Fernández Junquera, a quien Manuel Fraga le achacaba una imagen "excesivamente empresarial". Tras Junquera fueron presidentes regionales del partido Luis Fernández Vega, Luis María Fernández Canteli, Juan Luis de la Vallina, Baltasar García Parúas y el propio Manuel Menéndez Cabeza. Todos ellos anteriores a Isidro Fernández Rozada y en un periodo de tiempo de apenas cinco años.
Su hija Mari Paz Menéndez recordaba ayer un modo romántico de hacer política, el de la generación de su padre: "nunca cobró del partido ni ostentó un cargo público, y siempre rechazó participar en las listas electorales. A mi padre la política le costaba dinero".
Hijo de un emigrante asturiano a la República Dominicana, su sueño, recuerda su familia, había sido utilizar su experiencia como ingeniero en Alemania en el proceso de reconversión de la minería y la industria asturianas.
En diciembre de 2010 LA NUEVA ESPAÑA publicaba un artículo de Menéndez Cabeza en el que pedía la unión de la derecha asturiana ante el impacto de la crisis económica. Era una carta abierta al presidente del PP, Mariano Rajoy, en la que señalaba que "solo con una candidatura sólida conseguiremos convencer a los asturianos de un proyecto político que devuelva nuestra tierra a la prosperidad y al desarrollo económicos". Eran meses de conflicto interno en las filas del PP que desembocó en la creación de Foro Asturias.
Manuel Menéndez Cabeza vivía en Madrid, estaba casado, con dos hijos. Sus pasiones, la familia, un puñado de selectos amigos y el Real Oviedo. "Estaba muy desengañado de la política", reconoce su hija Mari Paz, desengaño en cierto modo compensado con las alegrías que le daba "su equipo del alma" en los últimos tiempos.
Menéndez Cabeza fue incinerado anteayer en Madrid. El funeral en su recuerdo tendrá lugar el próximo miércoles, en la iglesia del Corazón de María (plaza de América, en Oviedo), a las cinco de la tarde.
