El Principado decidió ayer mantener la prealerta medioambiental en Gijón debido a la persistencia de altos niveles de partículas de suspensión en la atmósfera. Medio Ambiente desactivó la prealerta en Avilés ya que los niveles contaminantes se mantuvieron durante toda la jornada en cifras asumibles. La persistencia de unas condiciones meteorológicas parecidas a las de los últimos cuatro días aconseja prolongar en Gijón esa prealerta que supone, entre otras cosas, la obligación de la Administración regional de informar puntualmente a los ciudadanos.

El pico de contaminación se registró a las seis de la tarde en la avenida de Castilla, en Gijón, con 134 µg/m3. En Avilés, a las ocho de la tarde se registraron 190 µg/m3 en la zona industrial de Matadero, en cuya estación de control la media en 24 horas superó los 60 puntos.

Los registros en el barrio de La Arena en Gijón y en Matadero, a la orilla de la ría de Avilés, suponen los casos más serios entre las estadísticas registradas en ambas ciudades y, ayer en menor medida, también en Oviedo en cuyo concejo rondaron los 60 µg/m3, a media mañana de ayer, las estaciones de Lugones y Trubia.

En Gijón también hubo cifras significativas en la estación de control medioambiental de la avenida de La Argentina a las once de la mañana (94 microgramos por cada metro cúbico).

"Acordamos mantener activado el protocolo como medida de precaución", había informado por la mañana la directora general de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón, en alusión a ambas ciudades. Marañón reconocía que en determinadas zonas se habían producido "valores un poquito elevados". Las previsiones meteorológicas para hoy mantienen esa especie de calma chicha con altas presiones y ausencia de precipitaciones.

La Administración tiene claro cuáles son los principales agentes contaminantes, que no los únicos: la industria, el tráfico y las calefacciones. El cóctel contaminante de estas tres fuentes ha producido subidas "significativas y permanentes" en algunas de las estaciones de la red oficial de vigilancia de la calidad del aire del Principado en Gijón y Avilés.

En Gijón la estación de referencia es la que está en el barrio de La Calzada. En Avilés la mayor atención está en las de Matadero y Llano Ponte, ambas en primera línea industrial.

A la hora de controlar niveles los técnicos no valoran tanto los picos que coyunturalmente se puedan producir como las medidas de concentración de partículas a lo largo del día. La prealerta se produce cuando esas medias superan los 50 µg/m3 durante al menos tres días consecutivos y se prevea que continúe en los próximos días la situación meteorológica adversa.

La red de vigilancia de calidad del aire depende del Principado, pero las medidas contra los altos niveles contaminantes son tomadas cuando correspondan por los respectivos ayuntamientos. Los de Gijón y Avilés tienen planes de calidad del aire y un protocolo suscrito con la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente.

El problema de esas medidas es que son temporales y de efectos limitados. Una de ellas, tomada ayer en Gijón, fue la de restringir tráfico pesado entre las siete y las nueve de la mañana en distintos puntos de la ciudad. A las nueve de la mañana la estación de control de La Argentina señalaba 60 µg/m3, pero dos horas más tarde los niveles ya estaban en 94.

Los planes de calidad del aire suscritos este mismo año por Gijón y Avilés serán seguidos muy probablemente en 2016 por un tercer plan de control en Oviedo, cuya Corporación Municipal decretó hace días el cierre durante varias horas de la entrada a la ciudad por la autopista Y, área de alta densidad de tráfico en horas punta.

Estos planes incluyen once fases de protocolo de activación, desde la fase 1, la "detección de fenómenos meteorológicos persistentes e intensos que dificulten la dispersión de partículas en la atmósfera", hasta la fase 11, que es el aviso de desactivación del citado protocolo cuando la situación ambiental se restablezca.