La dramática situación que vivió una Asturias cercada por el fuego durante el fin de semana remitió ayer, pero la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advierte de que la mayor parte de los concejos costeros de la región presentan hoy un "riesgo extremo" de que se declaren incendios. El nivel de alerta es "alto" en los valles del interior y se queda en "moderado" en la Cordillera.

El Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) tiene activado el índice de riesgo de incendio forestal en el nivel 4 sobre un máximo de cinco. Por tanto, hoy están totalmente prohibidas las quemas en toda la comunidad autónoma.

Las condiciones meteorológicas favorables al desencadenamiento de incendios forestales, aunque no sean con ese riesgo extremo de hoy, seguirán presentes en Asturias hasta final de año. Y es que, según el delegado territorial de la agencia de meteorología, Manuel Mora, no hay cambios bruscos a la vista. La única excepción se registrará mañana, cuando está previsto que haya algunas precipitaciones. En todo caso, según indica Mora, serán débiles y estarán concentradas en la primera parte del día. El anticiclón de bloqueo seguirá afectando a Asturias, pese a ese pequeño paréntesis de mañana.

Las condiciones meteorológicas que el sábado por la noche desataron la "tormenta perfecta del fuego" sobre Asturias partieron de un fuerte viento del sur, de procedencia africana, que al cruzar la Cordillera se volvió aún más cálido y rápido. Ese día por la tarde, en El Acebo, a más de mil metros de altitud, había una temperatura de veinte grados, totalmente inusual para un 19 de diciembre. Además, la vegetación estaba seca, pero aún guardaba en su interior algo de humedad, lo que permitió que quemara muy bien y que las llamas avanzaran muy deprisa. Eso fue lo que sucedió, precisamente, con la enorme lengua de fuego que se precipitó desde la sierra de Boal hasta la costa de El Franco, devorando cuanto encontró a su paso.