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Podemos quería retirar su veto a las cuentas y apoyarse en el PP

La formación morada no descartaba un golpe de efecto en el último minuto y forzar cambios con enmiendas parciales

Emilio León, de Podemos, y Mercedes Fernández, del PP, en la Junta.

El Gobierno regional retiró, por primera vez en la historia democrática de la Junta General, el proyecto de presupuestos antes de su debate, porque las cuentas estaban "muertas", las había matado Podemos al presentar una enmienda a la totalidad. ¿Estaban realmente muertas las cuentas? ¿Tenían alguna posibilidad de salir adelante y evitar la prórroga presupuestaria? La respuesta es sí. Podemos no descartaba retirar, en el último momento, la enmienda a la totalidad, una vez que ya había quedado clara su postura de alejamiento con el proyecto presupuestario. Y a partir de ahí, una vez superado ese trámite parlamentario, la formación morada aspiraba a defender una batería de enmiendas parciales (presentó 66) que en muchas ocasiones tenían la oportunidad de salir, si lograban el apoyo del PP y de otros partidos minoritarios.

Ante la sospecha de que la formación morada abrigara la intención de obtener por la vía de las enmiendas parciales al menos parte de lo que no había logrado a través de la negociación, los socialistas optaron por no pillarse los dedos y se llevaron la pelota para casa.

Los representantes socialistas fueron poco precisos a la hora de explicar porqué decidieron retirar el proyecto. Siempre, hasta ahora, los proyectos presupuestarios presentados en la Junta se debatieron y se votaron, ganaron o perdieron las votaciones, pero nunca fueron abortados en pleno lanzamiento. Tanto Guillermo Martínez, consejero de Presidencia, como Fernando Lastra, portavoz parlamentario del PSOE, insistieron en que se llevaron al cajón las cuentas porque estaban muertas, desde el momento en el que Podemos presentó, un día después de las elecciones, una enmienda a la totalidad. La posibilidad de que hubiera sorpresas de último momento y golpes de efecto, y de encontrarse al final con unas cuentas irreconocibles, pesó en la decisión de retirar el proyecto presupuestario, inédita y que dejó a la oposición en estado de "shock".

Gaspar Llamazares, portavoz de IU en la Junta, avaló la tajante decisión del Gobierno regional, asegurando que era lógica. Lo que Llamazares no estaba dispuesto a asumir era un presupuesto reformado a golpe de enmienda parcial en la Cámara, que deshiciera lo que se había hilado en la mesa de negociación. "De ninguna manera íbamos a aceptar tal cosa", señala Llamazares.

Podemos asegura que presentó la enmienda a la totalidad porque durante la negociación no habían logrado que ninguna de sus propuestas avanzara. "Aquello no se movía", aseguran algunos de los participantes en la negociación. Ni ley anticorrupción ("el PSOE derivaba la propuesta a la futura ley de Buen Gobierno"), ni reforma fiscal ("nos daban un compromiso vago"), ni revisión de la "administración paralela" ("ni siquiera reconocen que ahí, en las 19 entidades que dependen del Principado, haya un problema"), ni procedimiento de emergencia social, un sistema para acortar los tiempos de tramitación de pagos en casos de urgencia.

Marcando la distancia con una enmienda a la totalidad, Podemos esperaba que el PSOE diera alguna señal de acercamiento, y se reservaba la carta de retirar el bloqueo en el último momento, una vez clara su distancia presupuestaria con el resto de la izquierda de la Cámara, para hacer política de lo posible intentando meter goles con enmiendas parciales.

De las 66 enmiendas que presentó, 18 corresponden a un aspecto sensible: el recorte del sueldo de los miembros del Gobierno (un 10 por ciento) y de los altos cargos (un 7 por ciento). "Cuando planteamos esa propuesta en la mesa de negociación, saltaron como un resorte y dijeron a coro que no", aseguran desde Podemos. La reducción de un 10 por ciento del personal de confianza -41 personas, con un coste salarial de 1,6 millones de euros- o el recorte de 2,1 millones de euros de los fondos destinados a UGT, CC OO y FADE son algunas de las enmiendas que pensaba plantear Podemos. Algunas de ellas podrían haber conseguido el apoyo de la derecha, aunque tanto el PP como Podemos niegan contactos previos. "Estábamos en dos lógicas completamente diferentes", afirman desde Podemos.

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