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DOLORES CARCEDO | Consejera de Hacienda y Sector Público

"Podemos no ha negociado en serio, y Asturias no se merece este juego"

"Intentaremos cumplir con la convocatoria de oposiciones y la extra de los funcionarios, pero hay más incertidumbre"

Dolores Carcedo, ayer, en uno de los despachos de la Consejería de Hacienda y Sector Público. LUISMA MURIAS

Dolores Carcedo, consejera de Hacienda, mide sus palabras y no quiere fomentar polémicas políticas. Convencida de que el diálogo entre los representantes públicos no sólo es posible, sino imprescindible en la situación económica y política actual, defiende que el Gobierno ha puesto toda la carne en el asador para intentar que Asturias contara con un presupuesto, y que ha sido Podemos el que ha roto la baraja. Ahora está enfrascada en intentar salvar los compromisos políticos del PSOE en el marco de una prórroga presupuestaria.

-¿Qué va a quedar en el tintero tras el fracaso de la negociación presupuestaria?

-Tener o no tener un presupuesto marca una diferencia importante. El presupuesto genera certidumbre y seguridad, la que da el contar con los recursos previstos desde el primer momento. La prórroga presupuestaria crea incertidumbre, estamos trabajando para superarla. El escenario es más incierto, estamos intentando proteger todas las políticas previstas.

-Uno de los compromisos era la devolución, en enero, de una parte de la paga extra de los funcionarios. ¿Está en el alero?

-Estamos justamente haciendo ese análisis, que tendremos concluido la semana que viene, ya que el día 1 publicaremos el decreto de prórroga presupuestaria. Tendremos que ver si podemos cumplir ese compromiso o si es necesario trasladarlo a un momento posterior. Intentaremos cumplir a tiempo y limitar al máximo los efectos de la prórroga presupuestaria. Nos hemos quedado sin un presupuesto de 4.121 millones, 163 millones más que el de este año. Intentaremos compensar de alguna manera esa reducción de los ingresos.

-¿Y la convocatoria de oposiciones para el profesorado?

-Mantenemos el compromiso de realizar esa convocatoria, a ver si es posible. Trabajaremos para obtener todos los recursos necesarios, aunque está claro que la prórroga presupuestaria implica limitaciones. Buscaremos las herramientas necesarias, como créditos extraordinarios o suplementos de crédito, que nos permitan cumplir nuestros compromisos.

-¿Requerirán del acuerdo de la Junta General, en la que les está costando mucho forjar mayorías?

-Ahora se trata de saber con qué ingresos podremos contar y en qué momento pueden aplicarse. Cada prórroga y cada presupuesto son distintos. Si hay instrumentos que requieran una mayoría parlamentaria en su momento, la buscaremos, como ya hicimos en 2014, cuando gestionamos un presupuesto prorrogado.

-Podemos les acusa de no haber dado ni un paso durante la negociación presupuestaria, lo que les llevó a presentar una enmienda a la totalidad.

-En la negociación se producían avances. Nos plantearon cuatro líneas de actuación, y fuimos receptivos a todas. Pusimos sobre la mesa medidas concretas en la última reunión, que se celebró antes de las elecciones. Quedaron en darnos una respuesta, y en el último minuto del plazo presentaron una enmienda a la totalidad, lo que dio al traste con cualquier negociación.

-¿Estaban dispuestos a asumir sus peticiones, desde la reforma fiscal a los procedimientos de emergencia social, la ley anticorrupción o la revisión de lo que ellos llaman "administración paralela"?

-Algunas de las medidas parecían encaminadas a rechazar el presupuesto, no a negociarlo, pero estuvimos abiertos a todas. Propusimos abrir una comisión para estudiar el modelo fiscal, en la que estuviera también IU, y presentar una ley sobre reformas fiscales en el primer semestre del año. La reforma fiscal tenía que ser negociada, no impuesta, surgir de las aportaciones de una y otra parte, teniendo en cuenta que son muchas las necesidades y los recursos son escasos. En cuanto a la ley anticorrupción, la han planteado en el Parlamento, y allí sigue su trámite. En la mesa de negociación hablamos más de una oficina contra la corrupción, que en el presupuesto estaba dotada con 200.000 euros, y cuya financiación propusimos ampliar con 150.000 euros más. Y planteamos que fuese el Parlamento el que definiera cómo se tenía que articular este órgano, para garantizar su total independencia. La emergencia social que plantean está en contra de la Constitución, así que propusimos medidas concretas, que no quedaran sólo en un discurso. Y en cuanto al estudio de la eficiencia del sector público, estábamos dispuestos. Planteamos propuestas específicas, compromisos claros y un escenario de negociación abierto, que se rompe cuando Podemos, en el último minuto del plazo, presenta su enmienda.

-¿Se cerraron en banda ante la propuesta de recortar los sueldos de los altos cargos?

-Esa propuesta aislada no tiene sentido: parece además que se plantea porque sí, como un gesto hacia la galería, recortar por recortar. Estamos de acuerdo en analizar el régimen retributivo, pero de una forma global. Podía darse el caso, y con su propuesta sucedía, de que altos funcionarios que están asumiendo responsabilidades en el Gobierno cobraran menos que en sus puestos de origen. Y creemos que la responsabilidad hay que pagarla.

-Han acusado a Podemos de "enredar" en la negociación, de hacer electoralismo, de falta de seriedad...

-Podemos mantenía un discurso en la mesa de negociación, y otro fuera, había voces discrepantes. Por ejemplo, con una negociación abierta, nos enteramos de su propuesta fiscal por el periódico y por su página web. A mí no me parece serio, y creo que el presupuesto es algo muy serio. Asturias no se merece este tipo de juegos. Echando la vista atrás me parece un enredo. En cuanto al electoralismo, Podemos fue el primero en pedir que el presupuesto quedara al margen de las elecciones, pero midieron los tiempos, los plazos y los mensajes. Fueron los únicos que lo hicieron. Se reunieron durante la campaña electoral con otras administraciones para hablar del presupuesto, cuando aún negociaban con nosotros. Aseguraron que iban a dejar clara su postura antes del 20-D, pero el día anterior a la jornada de reflexión salieron públicamente a decir que no iban a decir nada. Y finalmente, el día después, presentan una enmienda de totalidad. Cuando uno negocia, se trata de buscar lo que une y ser capaces de apartar aquello donde puede haber desviaciones. Debe hacerse desde la defensa de los criterios propios, pero sin imposiciones, que es lo que se ha producido en esta negociación. El presupuesto, con lo que supone contar con recursos limitados, tenía un 69 por ciento de gasto social, atendía a la convocatoria de oposiciones en educación, daba más recursos a la sanidad. Un presupuesto es la traducción de unas prioridades políticas. Nosotros tenemos las nuestras muy claras, pero parece que otros en cambio están más cómodos en los discursos, y les cuesta comprometerse y pasar a los hechos.

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