Las enfermeras no se ven pidiendo autorización médica escrita para aplicar una pomada a un quemado, administrar oxitocina a una parturienta o heparina para evitar la coagulación de la sangre de un paciente hospitalizado. La entrada en vigor el pasado jueves del Real Decreto de Prescripción Enfermera, que en la práctica impone el permiso previo expreso de un médico para suministrar tratamientos de los que hasta ahora se encargaban los enfermeros de manera casi autónoma, ha revuelto a la profesión en Asturias. Los sindicatos entienden que la reforma legal ralentizará procesos y deteriorará la atención al paciente y se ven "traicionados" tanto por la decisión del Gobierno de modificar el texto pactado con el colectivo como por la determinación de ponerlo en funcionamiento con el Ejecutivo en funciones y en plenas fiestas navideñas, mientras las plantillas están reducidas por vacaciones.

El sindicato de enfermería Satse aprecia un perjuicio a la profesión, un síntoma de involución que "generará un colapso sin precedentes en el sistema sanitario" y una razón de peso para el inicio de acciones jurídicas y movilizaciones que eviten la aplicación del decreto. Los enfermeros se ven, según un comunicado de la organización sindical, "atados de pies y manos" ante una situación en la que se obliga al profesional, so pena de incurrir en intrusismo, "a no tomar ni una sola decisión" respecto a la administración de fármacos sujetos a prescripción médica, que ahora utilizan a diario de manera habitual y que a partir de este momento forzarán al paciente a pasar "previamente siempre por el médico". Este proceso, advierten, "se repetirá ante la más mínima variación en el estado del paciente, obligando al ciudadano a volver al médico una y otra vez para que realice su seguimiento".

El colectivo, con unos 7.000 trabajadores en Asturias, advierte de que con las nuevas condiciones no podrá, por ejemplo, vacunar como hasta ahora. "En la práctica", resume Juan Vila, responsable de sanidad de UGT en la región, "unos profesionales cualificados y dedicados a lo suyo van a tener problemas para atender a la población de manera adecuada". El decreto, que por cierto el Rey ratificó en Oviedo -porque se aprobó el 23 de octubre, el día de la entrega de los premios Princesa de Asturias-, "retira competencias a unos profesionales que quedan", remata Vila, "en una situación de indefensión complicada".

La reforma, apostilla Gonzalo Gayol (CCOO), "defiende los intereses de los médicos por encima de los del buen funcionamiento de la sanidad, incluso desde el punto de vista económico", toda vez que, a su juicio, además de ralentizar "encarecerá" los procesos. "Exige que haya mas médicos", explica, "para tareas que hasta ahora venían ejecutando los enfermeros".