La Unidad Militar de Emergencias (UME) envió ayer a Asturias a 72 personas de las bases de Madrid y de León. En un primer momento, los militares instalaron un puesto de mando avanzado en Soto de Ribera, para tratar de controlar varios focos de fuego localizados en una zona de monte situada entre Soto y Palomar, cercana al embalse de Los Alfilorios, y que presuntamente fueron intencionados. Varios vecinos de Bueño vieron a las once y cuarto de la noche del domingo cómo empezaba a arder un área de Soto. A la una de la madrugada, otros lugareños observaron el inicio de otro fuego en una zona próxima a Los Alfilorios. Para las autoridades, estos testimonios confirman que el origen de las llamas fue intencionado y que, además, empezaron en distintos puntos.

El consejero de Presidencia del Principado, Guillermo Martínez, que se desplazó a mediodía al puesto de mando de Soto de Ribera, pidió la colaboración ciudadana para hacer frente a los incendios y dar con sus presuntos autores. Así, emplazó a los vecinos de las zonas afectadas a denunciar ante "cualquier sospecha".

Según transcendió ayer, la Guardia Civil detuvo el pasado domingo a un vecino de Oviedo de 29 años de edad -cuyas iniciales son C. F. A.- como presunto autor de un delito forestal por imprudencia cometido en Villaviciosa. Él mismo solicitó la presencia de los bomberos en el servicio de Emergencias 112 y cuando los efectivos llegaron al lugar de los hechos se lo encontraron tratando de sofocar las llamas.

Lo más probable, según la investigación, es que este fuego se desatase por unas colillas o a causa de la quema de rastrojos en el monte de La Corolla, en la parroquia maliayesa de Celada. C. F. A. tiene ganado en el lugar porque es una zona tradicional de pastos. Ayer había sido puesto en libertad y las diligencias se siguen en el juzgado de primera instancia de Villaviciosa.

Una vez que el incendio de Soto de Ribera -que obligó a cortar la carretera de Pedroveya- quedó controlado, el centro de mando avanzado se desplazó a La Fresneda. El presidente del Principado, Javier Fernández, acompañado de Guillermo Martínez, visitó la base en torno a las seis de la tarde, cuando la situación ya había mejorado en el centro de la región y el número de incendios se había reducido de forma notable, gracias a las intensas labores de extinción, en las que participaron unas 400 personas, y a la inestimable ayuda de la lluvia. A esa hora quedaban 62 incendios, de los cuales 32 estaban activos, 23 controlados y 7 en fase de revisión.

A la caída de la noche, la situación más complicada estaba en el Oriente, donde no comenzó a llover hasta las ocho. "Llanes, Parres y algunos puntos del Sueve es lo que más nos preocupa" reconoció Eduardo Rubio, bombero jefe de zona, mientras los vehículos de la UME estaban listos para partir en dirección a la comarca oriental para tratar de controlar los focos aún activos.