"Hazte un cortafuegos" es el eslogan de la campaña lanzada por los bomberos de las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF), que invitan a raparse parte de la ceja, barba o cabeza para pedir más medios en la lucha contra el fuego.

Las BRIF, unos equipos de élite que dependen del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, llevan en torno a medio año en huelga para exigir una mejora de sus condiciones laborales.

La campaña "Hazte un cortafuegos" pretende convertirse en un movimiento al estilo de "Movember", que cada mes de noviembre llama a usar el poder del bigote para concienciar y recaudar fondos destinados a la salud de los hombres (cáncer de próstata, de testículos, salud mental ...", explica a EFE Pablo González Moreno, portavoz de la Asociación de Trabajadores de las BRIF (Atbrif).

Para apoyar a la campaña #hazteuncortafuegos hay varias posibilidades: firmar una petición para que el Gobierno cambie la legislación e implante un cuerpo de bomberos forestales profesionales, y hacer una foto o un vídeo cortándose un trozo de pelo, de la cabeza, la barba, el brazo, la pierna o la ceja y compartirlo en redes sociales con el citado "hashtag" (almohadilla).

La intención es reunir 500.000 firmas para poder presentar una Iniciativa Legislativa Popular que exige convertir las BRIF en un cuerpo de bomberos forestales permanente, protegido y con medios para lograr una mayor protección del patrimonio natural contra los incendios.

Se trata de conseguir un cuerpo de bomberos "profesionalizado y que trabaje durante todo el año, porque los incendios no solo ocurren en verano sino también en invierno, como está sucediendo estos días en la cornisa cantábrica".

"Ahora mismo estamos en paro. Si estuviéramos en el País Vasco, Cantabria o Asturias, habríamos podido atajar los incendios mucho antes. Sin embargo, se han visto obligados a tirar de la UME", ha añadido González Moreno.

Otro de los fines de la campaña es "concienciar a la gente de que proteger a los que te protegen es proteger el medio ambiente. Para ello es necesario que haya un servicio profesional todo el año, aunque desgraciadamente los incendios siempre van a pasar".

Desde 2012 el presupuesto destinado a la protección de los montes se ha visto reducido a la mitad, y las consecuencias han corrido tan rápidas como el fuego, de acuerdo con los promotores de la campaña.

En los últimos tres años se han producido más de 35.000 incendios, superando las 215.000 hectáreas de patrimonio natural consumidas por las llamas.

La actual normativa reconoce la figura del cuerpo de bomberos forestales profesional, una figura que en la práctica nunca se ha llegado a implantar.

En su lugar, las Brigadas de Refuerzo contra los Incendios Forestales cumplen este papel, pero en unas condiciones de precarización laboral, ha concluido González Moreno.