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El chip es material didáctico

La empresa hispano-británica Goldney dona componentes electrónicos a centros de FP de la región por iniciativa de dos de sus trabajadores asturianos

Por la izquierda, Álex Bagüés, Juan José Álvarez, José Manuel Serrano y Aladino Fernández. LUISMA MURIAS

Aladino Fernández, jefe de estudios de FP en el IES Sánchez Lastra, de Mieres, no estaba acostumbrado a pedir a sus alumnos durante sus prácticas docentes: "Haz esto con estos componentes y después lo puedes tirar".

Los institutos y centros integrados de Formación Profesional en Asturias (CIFP) están surtidos de aparataje, como corresponde, pero nada sobra. Las cosas hay que reutilizarlas por ahorro y sentido común. Lo que ocurre ahora en los ciclos de electrónica de dos centros educativos asturianos, el referido IES mierense y el CIFP Cerdeño, en Oviedo, forma parte de una excepción a la norma.

La excepción tiene un nombre de partida, la empresa Goldney, con sedes en el Reino Unido y en Madrid. Y dos nombres propios salidos de Asturias e integrados en la firma: José Manuel Serrano y Álex Bagüés.

Ambos han puesto en marcha una iniciativa que ha distribuido hasta ahora cientos de kilos de material electrónico para los alumnos del Sánchez Lastra y el Cerdeño y que quieren mantener, impulsar y ampliar.

Goldney es una empresa mayorista de componentes eléctricos y electrónicos. Serrano lo explica: "Ejercemos de intermediarios entre clientes y proveedores, trabajamos con listados de stockaje en todo el mundo. Éste es un sector en el que la falta de un componente del tamaño de una uña puede paralizar la producción de una planta industrial entera. Cuando algo así puede ocurrir, ahí estamos nosotros".

José Manuel y Álex trabajan en las oficinas de la empresa en Madrid y no les cabía en la cabeza que material en perfecto estado tuviera su destino en una trituradora.

"Los almacenes hay que retroalimentarlos de continuo, y sobra mucho material que en muchos casos ni siquiera daría margen comercial en caso de utilizarlo. Si lo mantienes ahí, acaba estropeándose, así que nos pusimos en marcha y comenzamos a hacer llamadas".

El primer envío de circuitos integrados, resistencias y otros componentes llegó al Sánchez Lastra hace unos siete meses. Después se sumó Cerdeño, "pero también hemos donado a la Universidad Complutense y a la Carlos III, y, en Asturias, a la Escuela Politécnica de Gijón".

Juan José Álvarez Argüelles es jefe del departamento de Electrónica en Cerdeño. En sus clases estudian Electrónica unos 300 jóvenes. "En realidad, este sistema vale para cualquier sector. Siempre es necesario reaprovechar, no queda otra". Si hay un aporte extra de ese material didáctico, las posibilidades se multiplican.

Unos y otros hacen un llamamiento a las empresas. "Se tiran todos los días miles de kilos de componentes muy aprovechables desde el punto de vista docente". "Nosotros formamos a los futuros técnicos de las empresas. Lo lógico es que ellas también ayuden a esa formación", apunta Juan José Álvarez, que pide que "los empresarios asturianos, del sector que sea, peguen un toque a los centros de FP. Para nosotros es una ayuda que redunda en la calidad de las prácticas".

Una formación, en un sector vital. "El futuro es electrónica", sentencia Serrano. "Y no podemos perder este tren. Aquí nos ponemos a llorar de emoción cuando suena el 'Asturias, Patria Querida', pero con eso no basta. Hay que hacer piña".

Aladino Fernández González recuerda otra iniciativa reciente: "Nos llamaron de la Confederación Hidrográfica para preguntarnos si nos interesaría reaprovechar siete servidores informáticos que iban a sustituir. En el IES Sánchez Lastra no estamos desasistidos, pero este material sería impensable comprarlo por nuestra cuenta". Otros servidores de la Confederación se fueron para la Facultad de Ciencias". Ahorrar para aprender.

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