Un incendio forestal localizado y controlado en La Roza, en Parres, fue el único incidente de estas características que se registró ayer en Asturias, después de que durante las dos últimas semanas del pasado mes de diciembre la región se convirtiera en un infierno con miles de hectáreas arrasadas por el fuego.

Los últimos incendios registrados en 2015 se contabilizaron el pasado día 30, con un total de seis repartidos en el Mayáu de Solís (San Martín del Rey Aurelio), en Cofiño y La Roza, en Parres, en El Franco y Coaña y otro en Bimenes.

Las labores realizadas por Bomberos de Asturias, agentes del Medio Natural y empresas forestales en las tareas de extinción, refrigeración y vigilancia de incendios se vieron favorecidas por las lluvias caídas en la tarde y noche del pasado día 30. En algunas zonas también llovió, aunque muy poco, el jueves 31.

Una vez extinguidos los incendios, los expertos continúan con el análisis de las zonas afectadas para delimitar el origen de las llamas, aunque todas las fuentes consultadas coinciden en que tras todos ellos está la mano de hombre. En unos casos de manera intencionada y en otros por negligencias.

El Principado también ha ordenado analizar, cuantificar y delimitar las áreas afectadas por los incendios para estudiar la posibilidad de solicitar que se declare la zona catastrófica. Esto es importante porque es la manera de que los propietarios afectados recuperen parte de las pérdidas y pueda destinarse a la regeneración.

El 70% de la superficie del Principado es zona forestal, ya que está considerado así prácticamente todo el terreno que no es urbano ni agrícola. La mayoría de los montes son de utilidad pública y el Colegio de Ingenieros Forestales ya se han ofrecido para ayudar a planificar políticas de reforestación y de gestión que permitan la regeneración del medio natural y también sacar rendimiento económico a un potencial que tiene la región.