El otoño primaveral se convertirá en un invierno otoñal. O eso es los que apuntan las previsiones meteorológicas, con todas las salvedades que suponen unas predicciones poco fiables y más en un territorio con tantos microclimas como es Asturias. En todo caso, se espera un invierno menos frío de lo habitual y lluvioso. De hecho, las primeras precipitaciones se esperan para hoy y probablemente se prolonguen hasta el martes. En los tres últimos meses ha llovido en Asturias aproximadamente un 50% menos que otros otoños.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), "debido a la notable escasez de precipitaciones en las últimas semanas, el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre hasta el 29 de diciembre de 2015, que se cifra en 138 milímetros, se sitúa en torno a un 40% por debajo del valor normal correspondiente a dicho periodo (231 milímetros). Las cantidades acumuladas quedan por debajo de las normales en casi toda España". En el caso de Asturias, habría llovido aproximadamente una cuarta parte menos de lo que viene siendo habitual.

Las previsiones para hoy y para los próximos días en Asturias no dan lugar a muchas esperanzas de cambio en las temperaturas aunque pueda llover. Para esta jornada se espera cielo cubierto, con precipitaciones débiles por la mañana en el suroccidente de la región y Cordillera, en forma de nieve por encima de unos 1.700 o 1.400 metros al principio, subiendo con rapidez la cota hasta superar los 2.300 metros.

Las precipitaciones se generalizarán a partir del mediodía, aumentando también su intensidad. Las temperaturas seguirán suaves y en ascenso, especialmente las máximas, con vientos del sur y suroeste, con probables rachas fuertes o muy fuertes en la mitad occidental, Cordillera y Picos, rolando a oeste en el litoral y amainando a partir de mediodía.

Si bien las previsiones a corto plazo son bastante fiables, las estacionales lo son mucho menos, según advirtió el delegado de la AEMET en Asturias, Manuel Mora. Y puso como ejemplo lo ocurrido el pasado otoño, en el que se preveía " haga algo más de calor y que también llueva más" pero que, si bien empezó con un septiembre frío pasó a un octubre "normal", un noviembre "muy cálido" y una mitad de diciembre que posiblemente haya sido el más caluroso en cuatro décadas, desde 1973. Todo ello sin apenas agua.

¿Y cuál es la causa? ¿Es "El Niño", que está provocando un calentamiento general? Manuel Mora considera que no. "Hay algunos estudios que determinan que tiene cierta influencia en la Península, pero no son concluyentes", asegura. Como tampoco lo es "la Niña", que también existe aunque apenas se hable de ella. Si "El Niño" corresponde al calentamiento de las aguas oceánicas del Pacífico central y la zona ecuatorial, afectando a América del Sur, Australia, y la costa asiática, "La Niña" es lo mismo pero cuando se produce un enfriamiento.

Para Manuel Mora, las causas de este tiempo anómalo, "que no extraordinario", al menos de momento, tiene más que ver con la circulación atmosférica, los anticiclones y el predominio de las altas presiones.

En todo caso, es pronto para sacar conclusiones, según el delegado de AEMET en Asturias. Para hacerlo, es necesario tener un patrón definido que se sea persistente durante años. Las previsiones meteorológicas estacionales se hacen utilizando distintos patrones y estadísticas, lo que dificulta su fiabilidad. Si a eso se une que Asturias, por su orografía, tiene múltiples microclimas, las predicciones se complican aún más y es más difícil que su fiabilidad sea elevada. De momento, lo que sí está claro es que siguen las temperaturas elevadas.