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Investigación a prueba de fuego

La ingeniera gijonesa Mar Alonso participa en un estudio sobre resistencia a incendios - de materiales de construcción

Mar Alonso y el profesor Juan José del Coz, en el campus gijonés. MARCOS LEÓN

El alumno debe ser el protagonista de las clases, no el maestro, plantean desde hace tiempo desde el colectivo docente. La profesora Mar Alonso, del área de Construcción e Ingeniería de Fabricación en la Universidad de Oviedo, practica este principio desde sus inicios profesionales pero desde este curso lo vive en sus propias carnes al compaginar la docencia universitaria en la Politécnica de Gijón y Mieres con un máster de Ingeniería de Caminos en la Universidad de Cantabria. Decidió dar el salto al otro lado para ampliar sus conocimientos en un ámbito que tiene mucho que ver con el grado de Ingeniería Civil que se imparte en Mieres. "Tengo un perfil muy docente", pues al poco de finalizar los estudios de Ingeniería Industrial, tras la Ingeniería Técnica Industrial, comenzó a trabajar como profesora, "pero se aprende mucho de este otro lado", opina sobre su nueva faceta como alumna. "Aunque no lo saque me voy a llevar muchas cosas positivas", razona sobre sus estudios de posgrado a los que reconoce haber llegado "con un poco de miedo pero les estoy sacando mucho provecho".

A Mar Alonso le acompaña también una dilatada trayectoria investigadora. Forma parte del grupo de investigación de Construcción Sostenible, Simulación y Ensayo (GICONSIME) que lidera el profesor de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón Juan José del Coz y en el que acaba de cumplir cinco años el pasado diciembre. La preocupación de su grupo por obtener soluciones en el ámbito de la eficiencia energética les llevó a poner en marcha una línea de trabajo específica para obtener un hormigón más ligero de ámbito estructural. También se ocupan de temas de fuego, ligados a la evacuación de edificios. Dentro de esa línea han inaugurado un proyecto de investigación para evaluar la resistencia a temperaturas de hasta tres mil grados centígrados de determinados componentes estructurales para constatar que cuando fallen las estructuras se haya permitido la evacuación del edificio. Para ello han desarrollado un horno de pruebas de resistencia al fuego. Este proyecto ha obtenido financiación en la última convocatoria del plan nacional en reconocimiento a su esfuerzo investigador y al componente innovador del proyecto. No obstante, Mar Alonso reconoce que los proyectos con financiación pública "son cada vez más escasos porque existe mucha competencia", más aun en el ámbito de la Construcción donde desde hace tiempo resulta "muy duro" activar cualquier proyecto. "Además somos una región pequeña y tenemos una Universidad también pequeña", insiste Alonso, pero pese a todo "se consiguen muchas cosas". La crisis del sector de la edificación tampoco ayuda. Sin embargo, los investigadores del grupo GICONSIME tienen recién concedido también un proyecto ligado al uso de hormigones desarrollados a través de técnicas de fabricación aditiva, una de las formas más modernas de la industria del siglo XXI.

"Me gusta la docencia pero reconozco que la investigación es lo que nos diferencia como Universidad", argumenta. Eso sí, a su modo de ver debería hacerse un esfuerzo por acercar a las aulas lo que se hace en los laboratorios universitarios. "Hay que enseñar a los chavales que existen otras vías" , subraya. "Lo que nos distingue como Universidad es el avance y la innovación, si se aprende lo que se hacía hace diez años mal vamos", apunta sobre la necesidad de introducir en la docencia los últimos avances en investigación. Y en ese punto, agrega, "la divulgación a la sociedad también es muy importante". La evolución de las relaciones entre Universidad y empresa, cada vez más estrechas, facilitan que se valoren los activos de I+D de la institución académica. "Y no es una cuestión de edad", opina, "hay profesores mayores muy activos, con ganas de no estancarse" que contribuyen a aumentar la competitividad de la Universidad asturiana.

En su caso, explica, fue vital la ayuda del impulsor del grupo de Construcción Sostenible, Simulación y Ensayo, Juan José del Coz. Cuando se convocó una oferta de investigador ella ni siquiera había presentado el proyecto fin de carrera, no contaba con el nivel de inglés esperado y tras la entrevista personal fue notificada como "no seleccionada" pero el empuje que vieron en ella hizo que Del Coz le comunicara personalmente que querían contar con su espíritu innovador.

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