"Favorable con salvedades". Ese es el resultado de la auditoría que la Universidad de Oviedo superó en las cuentas del último ejercicio y en cuya evaluación se ha analizado tanto el estado de liquidación del presupuesto como los informes económico-patrimoniales de la institución docente correspondientes al cierre de 2014. De ese estudio se deriva una recomendación para que se detallen de forma más explícita los registros contables del inventario de bienes inmuebles de la Universidad pues se entiende que la relación actual presenta un informe inferior en relación a las cifras incluidas en el balance de situación de los mismos que se adjuntó a los auditores. Ese detalle de la contabilidad académica revela un dato hasta ahora desconocido: la valoración de su fondos bibliográficos. La estimación que realizan los servicios económicos de la Universidad eleva a 63,7 millones de euros el patrimonio bibliográfico que la Universidad custodia.
En el documento aludido sobre la contabilidad de los bienes inmuebles de la institución docente se recoge una valoración de 39.322.000 euros en terrenos y bienes naturales y 32.225.000 euros en el resto de inmovilizado material además de 11.301.000 euros más en inmovilizado inmaterial. El inmovilizado material incluye construcciones, instalaciones técnicas, maquinaria, utillaje, mobiliario, equipos para procesos de información, elementos de transporte y otras instalaciones. Por su parte, los bienes de naturaleza intangible como los gastos de I+D, las concesiones administrativas, patentes, derechos de traspaso y aplicaciones informáticas conforman el inmovilizado inmaterial.
El registro contable que sugieren mejorar los auditores se corresponde con la relación de asientos incluidos en el diario general de operaciones de la Universidad y hace referencia al ingreso de información que se realiza en los libros de contabilidad. En este caso no se reprocha que no estén recogidos los datos en el informe del presupuesto de la Universidad sino que en el caso concreto del inventario de bienes no se alcanza el nivel de explicitud esperado. Así, no se ha podido concluir si los cálculos realizados desde la gerencia de la Universidad son "los adecuados" y, en consecuencia, "su efecto sobre el presupuesto ajustado, el remanente de tesorería afectado", así como" los ajustes por periodificación del balance y sobre el resultado económico-patrimonial", concluye el equipo de auditores que ha analizado las cuentas de la Universidad.
En la relación de bienes inmuebles de la institución académica asturiana se recogen un total de 52 propiedades, entre edificios y fincas, algunas de ellas sin edificar. Es en Oviedo donde se computan una mayoría de esos bienes, 24, frente a los 16 de Mieres (donde se incluyen también restos de construcciones o instalaciones mineras ligados al campus local) y otros diez en Gijón.
Por otro lado, el informe económico del último ejercicio de la Universidad también recoge un desembolso de 14.449 euros para una empresa de auditoría a la que se encargó una valoración de los acuerdos de jubilación voluntaria a 31 de diciembre de 2014. Las primeras medidas incentivadoras para la jubilación voluntaria del profesorado de los cuerpos docentes universitarios se pusieron en marcha en 2009 persiguiendo el objetivo de renovación de plantillas. Al respecto, hace escasas fechas se conocía que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) había fallado a favor de algunos de los profesores acogidos a esa jubilación voluntaria que solicitaron una indemnización compensatoria por abandonar su empleo público.
