Aunque llueva a mares, Asturias sale igual de compras. Mayores, niños, hombres, mujeres... Ayer muy pocos se perdieron el pistoletazo de salida de las rebajas de enero, sin duda las más potentes del año. La campaña empezó con buen pie, con colas en las tiendas estrella de Oviedo, Gijón y Avilés, por lo que empresarios prevén un repunte de ventas. Eso sí, muy leve. Esta tímida mejoría se debe a la crisis económica y a la liberalización de los comercios para aplicar descuentos durante todo el año. La jornada estuvo marcada por el mal tiempo, razón de más para que los centros comerciales de la región se abarrotasen de clientes.

Fue el caso de la principal área de compras de Siero. El inicio de las rebajas, unido a los cambios de muchos productos, en cuyas tallas y características Melchor, Gaspar y Baltasar se equivocaron, fueron una mezcla explosiva que pobló los pasillos del centro comercial de Paredes e hizo lento el tráfico por sus accesos durante casi toda la jornada.

Entre las motivaciones que reconocieron los consumidores para meterse en la boca del lobo que suponía la multitud, la principal era la búsqueda de gangas. "Los precios están más bajos, pero si esperas mucho te puedes encontrar con que no hay tu talla", explicó la compradora María Nieves Iglesias, que ayer se marchó a casa al menos con un nuevo par de zapatos y un abrigo.

Otros despistados, los menos, mostraron su sorpresa porque nunca antes habían salido de compras el primer día de rebajas. "Si lo sé me quedo en casa porque hasta me mareo con tanta gente", señaló el ovetense José Ramón Fernández, que sólo pretendía comprar un gorro y unos guantes para combatir el frío.

En Gijón, los abundantes aguaceros que descargaron sobre la ciudad a lo largo del día no disuadieron a los clientes de lanzarse ya en la primera jornada de rebajas a buscar gangas. Las tiendas del centro registraron una gran afluencia de público, según aseguró la gerente de la Unión de Comerciantes del Principado, Carmen Moreno. A diferencia de otros años, donde el primer día de rebajas era tradicionalmente coto de compradores jóvenes, en esta ocasión abundaron las personas maduras, en especial mujeres. "Por lo que me comentaron los asociados, la campaña tiene buen aspecto. Nosotros calculamos que se venderá de un 3 a un 4 por ciento más que el año pasado", apuntó Moreno. El fin de semana se espera una mayor afluencia.

Por contra, el pequeño comercio de Lugones se resiente y maneja una previsión bastante diferente a la de Gijón.

Los negocios iniciaron las rebajas a ritmo más lento que sus grandes competidores, aunque coinciden en que éstas son las de la recuperación. "De momento vamos a poco y a poco", reconoció la dependienta de una tienda de ropa infantil, Judit Bueno, que de momento se consuela con haber vivido unas buenas fiestas. "No nos podemos quejar porque hubo movimiento", señala la vendedora que estos días ofrece productos a un precio un 30% inferior al habitual.

Al otro lado del mostrador, clientes fijos que priman la calidad al precio y las ofertas. "Vine a comprar porque lo necesitaba como siempre hago", señaló la compradora llanerense Mercedes Cañete, que dice no ser una apasionada de las rebajas. "Creo que en esta época es más difícil encontrar lo que buscas y como mucho puedes aspirar a encontrar un chollo o hacer un regalo más barato", concluyó la mujer.