La incidencia de la gripe descendió en la primera semana del año hasta situarse en una tasa estimada de 74 casos por cada 100.000 habitantes, pese a que el inicio de la onda epidémica de esta temporada se produjo en la última semana de 2015. Según los datos recogidos por la Red de Médicos Centinela de Asturias, basados en las consultas de atención primaria, la incidencia está siendo mayor entre los menores de cinco años.

La evolución de la enfermedad, que estaba siendo similar a la del invierno pasado, ha cambiado, ya que no estaba previsto un descenso de su incidencia. No obstante, sigue aumentando la circulación de virus, por lo que se espera que vuelva a repuntar en las próximas semanas, especialmente si coincide con un descenso de las temperaturas.

En el conjunto del país, las comunidades autónomas de la cornisa Cantábrica y de las dos mesetas registran un nivel de intensidad gripal basal, excepto el País Vasco, con nivel bajo. La difusión de la enfermedad es esporádica en Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Madrid, Navarra y La Rioja; local en el País Vasco y nula en el resto.

Desde el inicio de la temporada se han notificado 61 casos graves hospitalizados confirmados de gripe en once comunidades. El mayor número se registra en los grupos de 45-64 años (36%) y en menores de cinco años (25%). El 71% de los pacientes presentaba al menos un factor de riesgo de complicaciones por gripe.

En Asturias, el factor de riesgo más frecuente es el asma, que aparece en el 6,4% de los casos. Un 4,7% de los pacientes analizados en atención primaria presentaron complicaciones y no ha habido derivaciones al hospital.