Los bomberos del Principado volvieron ayer a la carga en sus reivindicaciones laborales tras el parón obligado para combatir la oleada de incendios que arrasó Asturias el pasado mes de diciembre. La puesta en escena, muy cuidada en las anteriores movilizaciones, supuso un guiño al trabajo realizado en la segunda quincena de julio. El vestuario forestal, con la funda naranja, el casco y las botas de trecking, y las caras y las manos negros llegaron hasta la calle Fruela de Oviedo, a las mismas puertas de la Junta General del Principado.

"Ha llegado la lluvia, se ha podido dar por finalizada una campaña de incendios que ha sido muy dura, pero la situación en el Servicio de Emergencias del Principado (SEPA) sigue igual", lamentó el secretario del comité de empresa, Pelayo Hevia Miravalles, quien hizo hincapié en que las reivindicaciones del colectivo no son de naturaleza salarial. "Quede bien claro que no pedimos más dinero ni recuperación de derechos sino que reclamamos más medios, más personal para poder hacer nuestro trabajo y velar por la seguridad de los ciudadanos", precisó Hevia, quien advirtió de una campaña de desprestigio en las redes sociales que tiene en su punto de mira a los bomberos del Principado. "En diciembre muchos compañeros suspendieron sus descansos para estar disponibles en las jornadas más críticas", manifestó el secretario del comité de empresa y delegado del sindicato CSIF. "No puede ser que, por ejemplo, en el parque de Tineo, que debe atender las emergencias de Cangas del Narcea, Ibias, Degaña y Allande, haya tres personas y que a las salidas vaya en la mayoría de ocasiones un solo bombero", planteó Hevia.