El centro de Asturias es, junto a Zaragoza, el área metropolitana de España en la que más retrocede el uso del transporte público, pese a que cuenta con la oferta de tren y de autobús más completa del país en todos los ratios que guardan relación con la población, lo mismo en kilómetros de red que en el número de paradas y estaciones por habitante. Según los datos recogidos en el último estudio del Observatorio de la Movilidad Metropolitana (julio de 2015), si desde el estallido de la crisis económica la demanda total de viajes en transporte público se ha reducido un 9,5% de media en las principales áreas metropolitanas del país, en el caso concreto de Asturias ese retroceso llega al 20%. Y ello sin sumar el desplome que se ha registrado en las cercanías de vía estrecha de la antigua Feve, servicio que ha perdido en torno al 40% de usuarios en poco más de un lustro.
La escasa competitividad de la red de cercanías -especialmente de vía estrecha- explican que Asturias tenga el área metropolitana con la ocupación de las líneas de ferrocarril más baja de España y que sea la única en la que la media de viajeros de cada autobús público supere a la del tren. Estas circunstancias, a juicio de los técnicos del Principado, evidencian la necesidad de impulsar el uso del ferrocarril para que el reparto modal del transporte en el centro de la región se acerque a los niveles nacionales y europeos. La falta de inversiones en la red y en el parque móvil, unos tiempos de viaje que hasta duplican a los del autobús en algunos itinerarios, la proliferación de apeaderos de bajo uso en los que paran todos los trenes y una malla tan densa como compleja que dificulta la gestión son algunos de los déficits a superar para que el tren invierta su marcha atrás.
El incremento del uso del tren y del autobús se ha convertido en un objetivo prioritario del Gobierno regional. La consejera de Infraestructuras del Principado, Belén Fernández, anunció hace unos días que los planes para ordenar el eje metropolitano del centro de la región que pretende impulsar en esta legislatura tendrán entre sus objetivos potenciar el uso del transporte público, a la vista de las caídas registradas en los últimos años y de que, en la actualidad, el 75% de los viajes que se realizan en la zona se hacen en el vehículo privado. De los desplazamientos en transporte público, un 55,6% se llevan a cabo en autobuses urbanos, el 27,7% en autobuses interurbanos, el 11,1% en trenes de Renfe y el 5,6% en convoyes de Feve. Los datos demuestran que el del tren es el gran problema a resolver.
De acuerdo con los datos del Observatorio de Movilidad Metropolitana, el número de viajes en autobús urbano en la región se redujo un 14,8% entre 2008 y 2013, bajando de 14,9 a 12,7 millones de usuarios. En el caso de las cercanías de Renfe, el número de pasajeros en ese mismo periodo cayó de 8,10 a 5,7 millones de usuarios, mientras que Feve, por su lado, ha perdido cuatro de cada diez viajeros en los últimos años.
Al igual que sucede con el resto de áreas españolas, con la única excepción de las más grandes de Madrid y Barcelona, el uso del transporte público en Asturias está por debajo de los ejes metropolitanos europeos, incluso de los que tienen tamaño, población y unos niveles de renta similares a los del Principado.
