El impuesto de plusvalía municipal, llamado ahora impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos, fue creado para nutrir las arcas municipales con problemas de liquidez, para aumentar el gasto público o para sanear sus deudas; aplicándoselo al sufrido ciudadano cada vez que un bien de naturaleza urbana cambia de titular, bien por fallecimiento, donación, herencia o compraventa. En la página Foro-Ciudad.com se pueden ver los consistorios que hacen uso de este gravamen con el máximo porcentaje de aplicación autorizada. Entre Galicia y Asturias vemos que los ayuntamientos de Vivero (16.000 habitantes), Burela, Villayón y Coaña no aplican este impuesto.

Otros como Castropol, Tapia, Navia y Oviedo aplican el máximo permitido por la ley (30%). Algunos más gravan con porcentajes intermedios entre el 0 y el 30%.

Del impuesto de sucesiones se libran muchos ciudadanos cambiando el domicilio fiscal a otra comunidad donde no lo aplican. El de plusvalía municipal se paga donde está ubicado el bien, viva donde viva el titular. A los castigados por este impuesto ¿quién nos mandó establecer nuestra vivienda a la sombra de los que más nos castigan?