El Gobierno regional se prepara para concretar cuáles podrían ser las alternativas a la incineración en Asturias. El Ejecutivo incluyó en el pacto de investidura con IU el compromiso de implantar la solución "menos contaminante" para el tratamiento de residuos y, por el momento, mantiene la previsión de contratar un estudio para buscar alternativas a la incineradora de Serín.

En el gran vertedero central de Asturias se descargan cada día unos 600 camiones cargados de desechos que no han sido ni reciclados ni separados. El crecimiento experimentado en los últimos años, que prácticamente ha colmado la capacidad total del valle donde se ubica este gran depósito de basuras había llevado a activar el proyecto de la incineradora. El objetivo de la Consejería de Fomento era que las instalaciones entrasen en servicio en 2020 para sustituir a las actuales, cumpliendo así con la normativa europea que obliga a desterrar los vertederos para esa fecha pero ese proyecto de incineración tropezó con la oposición de una mayoría de los partidos en la Junta y con todo tipo de avatares judiciales.

El pacto de investidura con IU establece que el Gobierno se compromete a explorar alternativas y elegir la menos lesiva al medio ambiente. Para cumplir el acuerdo, la Consejería de Infraestructuras ha preparado los pliegos de condiciones para contratar un estudio sobre las alternativas, un contrato que está pendiente de que se autorice su financiación.

Mientras se avanza en este asunto, continúa en marcha el proyecto de "recrecido" del vertedero existente, que permitirá seguir enterrando basuras, al menos temporalmente, esta vez en forma de colina. Como el estudio de alternativas a la incineración, la obra está pendiente aún de autorización ambiental y la declaración de impacto ambiental, que debe otorgar el Principado.