El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Turismo ha incluido entre las experiencias nacionales turísticas seleccionadas como buenas prácticas del turismo rural, entre las seis seleccionadas en el ámbito nacional, la red Ceres Ecotur, con origen asturiano, un proyecto gestionado por la Fundación Ecoagroturismo, que nació en Villaviciosa en 2005. Ceres Ecotur es una fundación de carácter nacional que apuesta por unificar la oferta de turismo rural y el agroturismo ecológico y sostenible. Esa idea ha germinado con fuerza en otros sectores relacionados con el agro y el ecoturismo y se ha formado un cluster de turismo sostenible en Asturias que mañana por la tarde será presentado, en el stand del Principado en Fitur, por el presidente de Ecotur, Severino García González.
-¿Desde que en los años ochenta se inició el turismo rural en Asturias lo que se entendía como tal ha cambiado mucho?
-Se ha desvirtuado. Hoy no tiene un perfil claro ni para los que estamos en el sector ni para el cliente. Hay que volver al origen del proyecto de turismo rural y, además, con una orientación nueva que corresponde a una demanda que, por pequeña que sea, no encuentra aquí lo que está buscando. La gente busca lo sencillo, y en cuanto a productos ecológicos hay que ofrecerles los que se producen aquí. No quieren tomar sidra hecha con manzanas de Chequia ni una fabada preparada con fabes de Bolivia.
-¿Cuáles son los objetivos de este cluster de empresas y cuántos lo componen?
-Queremos promocionar iniciativas que apuesten por la ruralidad y la naturaleza, poniendo en relación y valor tanto el ecoturismo como el agroturismo. Promovemos la agricultura sostenible y el cultivo ecológico, además de ofrecer una gastronomía de calidad basada en alimentos de proximidad y de temporada. El proyecto nace de la colaboración de la Asociación de Agroturismu n'Asturies, la Asociación Sendas de Asturias, Turisidra-Turismu Rural Comarca La Sidra, Foto Asturias Sostenible y la Fundación Ecoagroturismo-Ecotur.
-¿Qué se entiende por ecoturismo y quién lo demanda?
-El ecoturismo no se entiende si no se tiene detrás la conservación de la identidad del territorio. No se trata de aprovechar una zona protegida y hacer cualquier cosa, aquí no todo vale, hay que fijar actividades respetuosas con el medio ambiente y la naturaleza, pero también apoyando y promocionando la cultura etnográfica, las prácticas artesanales y las agropecuarias. En cuanto a los que buscan en Asturias la oferta de un turismo sostenible, buena parte de ellos son extranjeros, aproximadamente un 40 por ciento, y también está el público urbano. Ecotur tiene más visibilidad en Cataluña o Madrid que en Asturias. En las grandes urbes hay un público más sensibilizado con este tema.
-¿Los asturianos también demandan este producto?
-En Asturias hay poco conocimiento sobre este tema. Hemos trabajado diez años para consolidar Ecotur como referente y precisamente el espaldarazo definitivo nos llegó el año pasado con la aprobación del Ministerio.
-¿El exceso de alojamientos rurales en Asturias endureció la crisis en el sector?
-En Asturias hay un exceso de alojamientos rurales hace mucho tiempo. Hace 15 años éramos de los primeros en ocupación anual, estábamos por encima de la media, y ya comenzó a bajar en 2006, dos años antes de iniciarse la crisis. La crisis tiene la culpa de que se hayan cerrado alojamientos, pero no es la única responsable. El próximo plan de desarrollo rural para los Leader reconoce que se desvirtuó el producto y se masificó y que es necesario orientarlo hacia el agroturismo, eso lo dicen ellos, y nosotros queremos participar.
-Treinta años de paraíso natural son muchos años. ¿Podremos seguir otros treinta ofreciéndolo al turismo?
-Asturias no es ni más ni menos paraíso natural por tener seis Reservas de la Biosfera. No seguiremos teniendo el paraíso si no hay una estrategia para conservarlo y mejorarlo. Con lo del paraíso natural nos estamos agarrando a un clavo ardiendo. En treinta años de paraíso natural las cosas no están tan bien como pintan, los últimos incendios y las alarmas de contaminación no ayudan mucho a la imagen del paraíso natural.
-Cuando cada cual va por su lado, quienes forman este cluster empresarial han decidido caminar en la misma dirección. Sin duda, ya es todo un logro...
-Sí. Ésta es una iniciativa que parte de abajo sin nada de recursos, sin ni siquiera pedírselos a la Administración. Hay una comunión en cuanto a los objetivos y todos hemos aceptado el reto inmediatamente. Se nota que hay un cambio al ir todos juntos y no cada cual por su lado, algo que es muy habitual tanto en Asturias como en muchos otros sitios.
-Y además Asturias cada vez es más un destino de emprendedores que optan por el campo y la sostenibilidad...
-Así es. Está llegando gente muy preparada a vivir en el campo y del campo, con proyectos muy interesantes y para quienes son fundamentales los principios de respeto a la naturaleza, la agricultura ecológica y la ecogastronomía. Lo que tiene que hacer la Administración es apoyarles y no ponerles trabas. Por ejemplo, ahí tenemos el caso de la venta directa, algo que no acaba de solucionarse en Asturias. Llevamos cinco años esperando que se regule y no quieren regularla. No hay sensibilidad con este tema.
-¿Cuántas empresas forman parte de este proyecto?
-Hay catorce casas rurales, un camping, tres hoteles, cinco empresas de actividades de animación, salud y naturaleza y también otra de ecogastronomía.
