La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, hizo ayer una visita relámpago a Asturias para apretarle, simbólicamente, las tuercas a Pedro Sánchez, en un esfuerzo de amplificar al máximo el mensaje de los populares: está en juego la recuperación económica y la unidad de España, y no es momento para aventuras con "radicales" y con "independentistas".

María Dolores de Cospedal llegó a Oviedo pasadas las cinco y media de la tarde, y se dio un corto paseo por la ciudad, sin incidentes. Después, asistió a un acto de Nuevas Generaciones de Asturias, en el que se hizo público un documento de adhesión de los jóvenes del partido a Mariano Rajoy en su intento de formar gobierno.

En esta primera intervención ante los militantes asturianos, en la cafetería del auditorio de Oviedo, Cospedal empezó a pintar su retrato de la situación política de España, donde hay partidos emergentes, dijo, "que están en contra de la libertad" ya que "son financiados por países donde la libertad no vale nada, donde se mete a los opositores en la cárcel, o por países donde las mujeres somos ciudadanas de quinta", en referencia a Podemos. Los jóvenes, dijo Cospedal, "no han votado todos a opciones de izquierda totalitaria", y muchos socialistas, insistió, no entenderían un pacto del PSOE "que pone en riesgo su futuro".

Ya en la sala, abarrotada, donde se celebró la junta regional, tomó la palabra la presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, que destacó las razones que a su juicio respaldan la formación de un Gobierno encabezado por Mariano Rajoy: el PP obtuvo 1,7 millones de votos más que el PSOE, y está 33 escaños por encima; tiene, además, mayoría absoluta en el Senado, y en toda la historia de la democracia española, nunca el ganador de las elecciones no formó gobierno. "Cuando José María Aznar ganó en minoría, Felipe González no sucumbió a la tentación de socavar lo que los españoles habían decidido en las urnas. Esto, que fue respetado por personas diversas, pero con altura de miras, algunos, como Pedro Sánchez, quieren ponerlo en cuestión". Y acabó apuntando a la idea de que Sánchez se inclina a pactar hacia la izquierda y rechaza facilitar un Gobierno del PP por "interés personal": "Pedro Sánchez hace de un problema personal un problema de España", dijo.

Cospedal, que intervino a continuación, recogió el guante: "Mientras algunos estamos diciendo que hay que hablar de España en serio, otros están en cómo salvan su propia situación personal", aseguró, aludiendo a que si no logra formar Gobierno, es muy difícil que Pedro Sánchez pueda retener la secretaría general de su partido. Un partido que puede, dijo, salir "fracturado" por el pacto a la izquierda al que aspira su líder. "No se puede intentar ser presidente a costa del futuro de España y del interés general de los españoles. Es el momento de tener altura de miras y sentido de Estado. Aún queda tiempo, pero en estas pocas semanas nos estamos jugando el futuro de España, quizá para décadas". Y es que, defendió Cospedal, "los datos económicos van bien, España crece, pero puede dejar de hacerlo; el empleo crece, pero puede parar".

Frente a un "gobierno apoyado en ocho grupos", Cospedal defendió el pacto de "estabilidad" que ofrece Rajoy a Ciudadanos y PSOE. "Podría ser un gobierno a tres, o un Gobierno del PP con apoyos parlamentarios, o un pacto sobre medidas concretas", apuntó. E insistió en que "aún estamos a tiempo".