Agustín Iglesias Caunedo, que fue alcalde de Oviedo y ahora se maneja discretamente entre llevar la oposición popular en el Ayuntamiento y sobrellevar su presencia en el "caso Pokemon"; Belén Fernández Acevedo, concejal, y su marido, Rodolfo Sánchez Farpón, que fue jefe de Comunicación y Relaciones Externas del Ayuntamiento ovetense durante el gabinato y el caunedito; Francisco Javier García Fernández, llamado Chisco, concejal del PP y periodista deportivo, y Cristina Fernández Díaz, concejala popular, más los respectivos cónyuges, son la envidia y la intriga del resto de los ediles del Grupo Popular cuando se reúnen a cenar en el reservado de lo más alto de Casa Amparo. En la planta baja del restaurante del Fontán, en el Arco de los Zapatos, se guisa lo que cenan, y, mientras cenan, se cuece lo que harán los populares en respuesta a las políticas del tripartito.
De esas mesas y sobremesas salen acciones, respuestas y propuestas de las que el resto de los concejales populares se enteran por el guasap o por el periódico.
El cenáculo amparino es posible por el reagrupamiento con José Luis Álvarez Almeida, presidente de la asociación de hosteleros Otea, alejado hace dos años de Agustín Iglesias Caunedo por el reglamento de terrazas que elaboró el PP y salió adelante por unanimidad, y que ahora pone en marcha el gobierno del tripartito ovetense.
El reservado en lo alto del restaurante del Fontán es lo contrario de la terraza.
